J. L. G.
La directora general de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Beatriz Domínguez-Gil, ha avanzado este martes que el primer semestre de 2024 registra un 10% más de pacientes trasplantados que en el mismo periodo del año anterior. De seguir esta tendencia, que ha adelantado durante una rueda de prensa organizada en la sede del Consejo General de Farmacéuticos (Cgcof), se superaría el récord ya alcanzado en 2023, con un total de 5.861 trasplantes de órganos.
Así se reafirmaría el “liderazgo español” en este ámbito, en el que España comparada con sus vecinos europeos, y a nivel internacional, está a la vanguardia en número de donantes por millón de habitantes. En el anterior ejercicio, fueron 48,9 donantes y una tasa de 122,1 trasplantes realizados. La media diaria fue de 16 procedimientos y de 8 donaciones.
Al respecto, Domínguez-Gil ha identificado tres elementos que caracterizan esa posición privilegiada de nuestro país. Entre ellos, la “solidaridad” de la población; el Sistema Nacional de Salud (SNS) “público y de carácter universal” que facilita el acceso de los pacientes a estas terapias y procedimientos; y en tercer lugar, el modelo organizativo y de gestión de procesos “de altísima complejidad”, en referencia a la puesta en marcha de la gestión de donaciones de personas fallecidas. Un modelo que, ha agregado, “pivota sobre el coordinador de trasplantes”.
El reto del peritrasplante y el postrasplante
“Pero no nos conformamos”, ha expresado tras celebrar esos datos. De ahí que desde la ONT hagan énfasis sobre “el resultado después del trasplante” con una situación particular en España respecto a otros países donde el perfil de los pacientes trasplantados es “mucho más complejo”. Es decir, un paciente envejecido y con varias comorbilidades asociadas para el que se requería aprender a trasplantar injertos con éxito.
Uno de los principales desafíos para la directora general de la ONT se encuentra en dos fases del procedimiento: el peritrasplante y el postrasplante. Es sobre todo en esta última donde saltan las alertas debido a la falta de adherencia que se registra, en especial a partir de los seis meses tras la operación, a la hora del cumplimiento con inmunosupresores.
En paralelo, también ha puesto el foco sobre la adquisición de hábitos de vida saludable para el paciente trasplantado. Todo impacta en especial en aquellos pacientes polimedicados que, como ha reiterado, son los “más complejos”.
