J. L. G.
El president de la Generalitat de Cataluña, Salvador Illa, estaría ultimando junto a su consejera de sanidad, Olga Pané, los nombres de los doce expertos que integrarán un think tank con una misión muy concreta: adaptar el sistema sanitario catalán a los desafíos que entraña fenómenos sociales como el envejecimiento poblacional y el aumento de la cronicidad asociada.
Por el momento, y según adelanta el diario La Vanguardia, la persona al frente de este grupo de expertos será Manel del Castillo, actual director gerente del hospital Sant Joan de Déu. Todavía no se saben los nombres de los otros once miembros de este think tank, si bien la designación de Del Castillo habría sido propuesta directa de Illa.
Se prevé, recoge el diario catalán, que el comité pueda constituirse entre esta semana y la que viene, según “fuentes conocedoras de la iniciativa”. Muestra clara de que una de las principales preocupaciones del ejecutivo autonómico será la sanidad. Áreas como medicina, enfermería, gestión, investigación, ética o salud pública serán algunos de los que se elevarán propuestas desde este grupo para su mejora.
Manel del Castillo, actual director gerente del hospital Sant Joan de Déu, estará al frente de este comité de doce expertos
La idea del presidente catalán es, en cualquier caso, que el grupo tenga un carácter transversal. Así, en principio, sería más fácil alcanzar consensos con todos los agentes sociales y políticos.
Sin embargo, esta iniciativa no es novedosa. Un proyecto previo de think tank ya se barruntaba en enero de 2023, cuando el exconsejero Manel Balcells (ERC) activó el Pacte Nacional de Salut tras las protestas de los médicos que desembocaron en huelga. Bajo el mismo propósito de mejorar el sistema sanitario ya en 2020 los médicos, los gestores sanitarios y las enfermeras catalanas elaboraron un documento con 30 propuestas. Es de esperar que ahora se retomen algunas de las principales reclamaciones que pondrá sobre la mesa el nuevo grupo de expertos.
Un modelo insostenible
Un estudio reciente de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) concluyó que harían falta 3.000 millones más para cubrir las necesidades que tiene el sistema sanitario catalán en la actualidad. Si el presupuesto destinado son 13.000 millones, el gasto real se sitúa en 16.000 millones. La brecha es justo la cifra que estiman los académicos.
En cuanto a los problemas que achacan al servicio catalán de salud, al igual que ocurre en gran parte del estado, uno de los ejes que se tambalea es el modelo de atención primaria. Así, sus profesionales se encuentran ante una sobrecarga asistencial o la carencia de profesionales con los que aliviar esa saturación, entre otros.
