La inclusión de factores de riesgo y otros protectores en modelos predictivos mejoraría el abordaje del deterioro cognitivo

Una investigación liderada por Quirónsalud con la colaboración del Departamento Médico de Roche Farma en España ha permitido identificar la edad, la apatía, la ansiedad, el nivel educativo y los antecedentes familiares como índices clave para llegar y tratar a tiempo enfermedades como el alzhéimer

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Juan León García
A mayor edad, propensión a la apatía o a la ansiedad, una persona con un nivel educativo bajo y antecedentes familiares de deterioro cognitivo o enfermedad de Alzhéimer, tiene un riesgo muy alto de desarrollar alguna de estas patologías neurodegenerativas. Así se sugiere de una investigación cuyos resultado se presentaron en la última Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer, celebrada en Filadelfia (Estados Unidos). Estos factores permitirán desarrollar modelos predictivos que anticipen la progresión de dichas enfermedades y realizar una intervención temprana “con la esperanza de que a futuro los pacientes de alzhéimer tengan una mejor calidad de vida”, ha señalado el Dr. Rafael Arroyo, jefe del Departamento de Neurología hospitales Universitario Quirónsalud Madrid, Ruber Juan Bravo y Centro médico-quirúrgico Olympia.

Precisamente ha sido este martes en las instalaciones de este último donde el Dr. Arroyo ha participado para presentar los resultados de un estudio piloto que ha liderado Quirónsalud y ha contado con la colaboración del Departamento Médico de Roche Farma en España. El trabajo recoge datos de vida real recopilados por los servicios de Neurología de varios hospitales del grupo en Madrid, con más de 2.000 pacientes incluidos durante el periodo 2007-2022. No obstante, el directorio ya acumula en la actualidad registros de más de 3.000 personas.

Según las principales conclusiones de este estudio observacional, la incorporación de factores como la edad, la apatía, la ansiedad y el nivel educativo en los modelos predictivos podría permitir la detección precoz y la intervención en el deterioro cognitivo. De ahí la importancia de su incorporación con vistas a favorecer la detección precoz y la intervención temprana en alzhéimer.

Los factores identificados permitirán desarrollar modelos predictivos que anticipen la progresión de dichas enfermedades y realizar una intervención temprana

Es justo donde ha incidido el Dr. Arroyo: “Teniendo esta información, se trata de hacer prevención”. Al respecto, el Dr. Jorge Mauriño, responsable del área de Neurociencias de Roche Farma España, ha valorado “el modelo Quirónsalud” como “perfecto” para la detección y el diagnóstico tempranos para, después, saber qué camino clínico tomar.

La fase prodrómica del alzhéimer es uno de los escenarios donde cada vez más se enfocan las investigaciones. Y es que, ha recordado el Dr. Mauriño, esta aún pasa desapercibida “en el sistema asistencial habitual”. La compañía biotecnológica también ha redoblado sus esfuerzos en los últimos años en la búsqueda de tratamientos efectivos que frenen la acumulación de la proteína beta amiloide, causa del desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Una de cada tres personas mayores que muere en la actualidad en el mundo lo hace con alzhéimer o una demencia. Además, supone la séptima causa de muerte hoy en día.

Siguiente paso: incluir nuevos biomarcadores

Los datos presentados ante los medios forman parte de un estudio preliminar, ha adelantado el Dr. Arroyo, porque desde Quirónsalud van a seguir trabajando para introducir “nuevos biomarcadores” que permitan, en un medio plazo (entre tres y cinco años) realizar pruebas diagnósticas que revelen quién “en una o dos décadas puede desarrollar la enfermedad de Alzheimer”. Sumar ese parámetro a los modelos predictivos potenciaría el enfoque de precisión y prevención que busca el estudio.

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“Contamos con muchos datos cognitivos y de conducta, a lo que sumaremos la información facilitada por los estudios con pruebas de neuroimagen y de biomarcadores. Todo ello nos ayudará a tener información muy relevante desde el principio, de personas con pérdidas de memoria que no responden a una enfermedad predeterminada, pero en las que podremos predecir su riesgo de desarrollar alzhéimer”, ha añadido.

Una de cada tres personas mayores que muere en la actualidad en el mundo lo hace con alzhéimer o una demencia

Por tanto, los próximos pasos que se van a llevar a cabo consisten en continuar enriqueciendo la base de datos comentada para poder mejorar el seguimiento de la evolución de cada paciente. El Dr. Mauriño, acompañado también por la Dra. Lucía Alonso, directora gerente territorial Madrid Quirónsalud, y Patrick Wallach, director general de Roche Farma España, ha detallado que trabajan “con especial foco en las enfermedades neurodegenerativas”. Actualmente, impulsan ensayos en fase III en esclerosis múltiple, alzhéimer y párkinson. A eso se añade un “gran cambio de escenario” detectado en los últimos años, con el hallazgo de nuevos biomarcadores y moléculas esperanzadoras para fabricar tratamientos efectivos y seguros.

Por último, Wallach ha subrayado que este tipo de patologías constituyen un problema creciente de salud pública. “En los países occidentales el coste de estas enfermedades eses comparable al del cáncer, las enfermedades cardiovasculares y diabetes juntos. Es, por tanto, un motivo suficiente para que nuestra compañía tenga el foco en enfermedades como la mencionada, en la que existen tantas necesidades aún sin cubrir y en la que no dejaremos de invertir en investigación, pese a que algunas de nuestras moléculas no hayan logrado el objetivo deseado hasta la fecha”.

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