Redacción
La Asociación de Pacientes Anticoagulados y Cardiovasculares (AMAC) conmemora el Día Mundial de la Trombosis, que se celebra cada 13 de octubre, con el propósito de sensibilizar sobre la importancia de la prevención, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.
La Dra. Pilar Llamas, jefa del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, destaca que la trombosis es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo. Una de cada cuatro personas fallece a causa de complicaciones relacionadas con esta enfermedad, y el 60% de los casos de trombosis venosa se presentan durante o después de una hospitalización. Esto subraya la necesidad urgente de estar informados y tomar medidas preventivas.
La trombosis venosa profunda, que suele presentarse en las piernas, puede llegar a causar un tromboembolismo pulmonar si el coágulo viaja hasta los pulmones, lo cual es potencialmente mortal
Esta enfermedad es el resultado de la formación de un coágulo sanguíneo que puede bloquear el flujo en los vasos sanguíneos. La trombosis venosa profunda, que suele presentarse en las piernas, puede llegar a causar un tromboembolismo pulmonar si el coágulo viaja hasta los pulmones, lo cual es potencialmente mortal.
Los síntomas de la trombosis varían según su localización: mientras que el tromboembolismo pulmonar puede causar dificultad para respirar, dolor en el pecho y taquicardia, la trombosis venosa profunda se manifiesta a menudo con dolor, hinchazón y enrojecimiento en las extremidades afectadas.
Si bien algunos factores de riesgo como la edad o predisposiciones genéticas no se pueden modificar, hay muchos otros que sí podemos controlar
Si bien algunos factores de riesgo como la edad o predisposiciones genéticas no se pueden modificar, hay muchos otros que sí podemos controlar. Para prevenir la trombosis, es clave mantener una actividad física regular, evitar inmovilizaciones prolongadas, usar medias de compresión cuando sea necesario, y mantenerse bien hidratado. También es fundamental seguir una dieta equilibrada, controlar el tabaquismo, y gestionar adecuadamente enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes.
En situaciones de alto riesgo, como después de una cirugía, el uso de fármacos anticoagulantes puede marcar la diferencia. En los últimos años, hemos visto grandes avances en los tratamientos anticoagulantes, como la llegada de los anticoagulantes orales de acción directa, que ofrecen mayor seguridad y conveniencia para muchos pacientes, ya que no requieren monitorización constante y tienen menos interacciones que los tratamientos tradicionales.