Redacción
Los trasplantes de microbiota fecal aparecen como nueva vía terapéutica para reducir la inflamación persistente en personas con VIH. Según un estudio realizado por varios equipos del Ciber en el Hospital Universitario Ramón y Cajal – Irycis, publicado en Microbiome, esta alternativa también podría generar un cambio estructural en el microbioma intestinal.
Esta identificación de bacterias específicas en la microbiota de los pacientes tratados es uno de los hallazgos más reveladores. “Esta relación sugiere que la intervención no solo reduce los niveles de inflamación de forma temporal, sino que también puede generar un cambio estructural en el microbioma intestinal, favoreciendo la presencia de bacterias con propiedades beneficiosas”, han explicado Claudio Díaz-García y Elena Moreno, coautores principales del estudio e investigadores del Ciberinfec. De esta manera, se abren nuevas opciones para iniciar el desarrollo de tratamientos dirigidos basados en componentes bacterianos específicos o consorcios de microbiota que expriman los beneficios antiinflamatorios.
El estudio seleccionó tres donantes de microbiota entre más de 500 candidatos
El estudio eligió tres donantes de microbiota entre más de 500 candidatos, seleccionados por sus perfiles bacterianos y su capacidad para proporcionar una microbiota con efectos antiinflamatorios. “Examinamos si las bacterias trasplantadas tenían un impacto positivo en la inflamación crónica que afecta a personas con VIH, por lo que la selección de los donantes fue rigurosa”, ha indicado Sergio Serrano-Villar, investigador del área de Enfermedades Infecciosas del Ciber (Ciberinfec) en el Hospital Universitario Ramón y Cajal – Irycis. Durante ocho semanas, los participantes recibieron cápsulas de microbiota semanalmente, un método que permite la transferencia de bacterias intestinales de forma controlada y sin intervenciones invasivas.
“Los resultados no solo fueron positivos durante el tratamiento, sino que los efectos se mantuvieron hasta 16 semanas después de la última dosis”, ha afirmado el Dr. Serrano. Así, los hallazgos mostraron una disminución notable en los niveles de las proteínas inflamatorias IL6 y TNF-α en sangre, indicadores clave de la inflamación crónica. De esta manera, el estudio prueba la persistencia de los efectos antiinflamatorios de la intervención después de suspender la administración de las cápsulas. Estas observaciones apoyan la hipótesis de que los trasplantes de microbiota fecal podrían contribuir a la regulación de la inflamación a largo plazo en personas con VIH.
Dr. Serrano: “Los efectos se mantuvieron hasta 16 semanas después de la última dosis”
Al reducir la inflamación crónica, se espera que los tratamientos basados en la microbiota fecal mejoren la calidad de vida de las personas con VIH y reduzcan su riesgo de desarrollar enfermedades secundarias. Este estudio abre una nueva línea de investigación para abordar la inflamación persistente en personas con VIH, con posibles aplicaciones para otras patologías inflamatorias. “Estos hallazgos son solo el comienzo; esperamos que, en el futuro, podamos modificar el microbioma con terapias más accesibles que los trasplantes de microbiota y aplicarlas de forma más amplia en el tratamiento de patologías donde la inflamación es un factor crucial”, ha señalado el Dr. Serrano.
Si bien los tratamientos antirretrovirales son efectivos, las personas con el Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) continúan enfrentando inflamación crónica, un problema que puede comprometer su salud a largo plazo e incrementar el riesgo de enfermedades cardíacas, problemas metabólicos y otras complicaciones graves. Esto subraya la necesidad de explorar nuevas estrategias que no solo controlen el virus, sino que también mejoren la calidad de vida y disminuyan estas complicaciones.
“Con la creciente evidencia del impacto de la microbiota en la salud, este estudio apunta hacia una revolución en las terapias basadas en la microbiota, capaces de ofrecer soluciones personalizadas y efectivas”, han concluido los autores. Así, esta investigación también establece un precedente para evaluar el uso de trasplantes de microbiota fecal en otras enfermedades caracterizadas por inflamación crónica, como las enfermedades autoinmunes o el síndrome metabólico, donde la microbiota desempeña un papel fundamental.