Fátima Del Reino Iniesta
La introducción de los medicamentos biosimilares en atención primaria presenta retos que exigen un enfoque diferenciado respecto al ámbito hospitalario. Así lo ha expresado Carolina González Criado, secretaria de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap), durante la VI Jornada Nacional de Biosimilares, un encuentro organizado por BioSim centrado en el uso de estos medicamentos. “Las estrategias que hemos desarrollado en el ámbito hospitalario no nos van a servir en atención primaria”, ha declarado haciendo hincapié en las particularidades de este nivel asistencial y en la importancia de ajustar las políticas a estas necesidades.
Desde su llegada al mercado en 2006, los biosimilares han demostrado ser una herramienta eficaz para mejorar la sostenibilidad del sistema sanitario. Sin embargo, su implementación en el ámbito ambulatorio, que comenzó en 2017 con fármacos como las insulinas, ha avanzado lentamente y de forma desigual entre comunidades autónomas. “Los biosimilares y los genéricos son herramientas sostenibles, pero con matices. Su desarrollo, regulación y manejo requieren esfuerzos adicionales por parte de todos los agentes sanitarios“, ha afirmado González Criado.
“Las estrategias que hemos desarrollado en el ámbito hospitalario no nos van a servir en atención primaria”
La secretaría de Sefap ha señalado que los biosimilares no pueden ser prescritos por principio activo, lo que limita su accesibilidad y exige un conocimiento especializado por parte de los profesionales. Además, al no permitirse su sustitución en la oficina de farmacia, el papel de los farmacéuticos de atención primaria se vuelve aún más relevante. “Si no apoyamos y fomentamos el uso de los biosimilares, corremos el riesgo de que este mercado deje de ser sostenible”, ha advertido.
Para mejorar la integración de los biosimilares, González Criado ha destacado la necesidad de reforzar la formación y la información de los profesionales sanitarios y los pacientes. Desde su experiencia, considera fundamental sensibilizar a médicos, enfermeros y farmacéuticos sobre los beneficios de estos medicamentos, al tiempo que se resuelven dudas relacionadas con su evaluación y regulación. Además, ha subrayado la importancia de establecer políticas comunes que involucren tanto a atención primaria como a hospitalaria, con un enfoque multidisciplinar que garantice la continuidad farmacoterapéutica y la equidad en el acceso.
“Si no apoyamos y fomentamos el uso de los biosimilares, corremos el riesgo de que este mercado deje de ser sostenible”
Otra prioridad es la normalización de los indicadores que evalúan el uso de los biosimilares. Según González Criado, “es imprescindible contar con criterios homogéneos en todas las comunidades autónomas, para facilitar la comparación de resultados y ofrecer retroalimentación a los profesionales sobre su uso”. Asimismo, ha indicado que los sistemas de prescripción electrónica deben adaptarse para incluir las denominaciones comerciales específicas de estos medicamentos, facilitando así su identificación y selección.
El apoyo a la industria también juega un papel crucial. González Criado ha alertado sobre la necesidad de medidas que incentivan a las empresas a seguir desarrollando y comercializando biosimilares, como cambios regulatorios y legislativos que promuevan la sostenibilidad del mercado. “Si no mimamos a los biosimilares, las compañías dejarán de invertir en ellos, y eso sería un retroceso para el sistema sanitario”, ha afirmado.
“Debemos implicar a todos los agentes del sistema y asegurarnos de que las estrategias están alineadas y bien comunicadas”
Finalmente, González Criado ha subrayado el potencial de las tecnologías de la información y la comunicación (TICs) para mejorar la coordinación entre los diferentes actores implicados. Una mayor colaboración entre médicos, enfermeros y farmacéuticos puede optimizar el uso de los biosimilares y garantizar una atención centrada en el paciente. “La comunicación y el trabajo en equipo son pilares fundamentales. Debemos implicar a todos los agentes del sistema y asegurarnos de que las estrategias están alineadas y bien comunicadas”, ha insistido.
La experiencia en comunidades como Asturias demuestra que una gestión adecuada puede generar resultados positivos tanto para los pacientes como para los profesionales. Según González Criado, estas buenas prácticas deben extenderse a nivel nacional para lograr un impacto significativo. “El camino por recorrer es largo, pero si trabajamos juntos, podemos garantizar la sostenibilidad y la eficiencia de nuestro sistema sanitario”, ha concluido.