Reformar el sistema para mejorar la sanidad

Mayte Segura, directora de comunicación de la Fundación IDIS

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Mayte Segura, directora de comunicación de la Fundación IDIS
En este final de año, además de cerrar con éxito los objetivos de 2024, en la Fundación IDIS ponemos la vista en cómo mejorar el sistema sanitario en su conjunto para mejorar la atención del paciente. Y con esto, centramos el foco en la necesidad de reformas del sistema sanitario para lograr la mejor sanidad posible. Entendemos que cualquier mejora significativa en la atención y los resultados de salud pasa por transformar la estructura y gestión del sistema sanitario.

Por eso, desde IDIS hemos marcado como ejes estratégicos para 2025: la innovación tecnológica y farmacéutica, la transformación del propio sistema sanitario y la complementariedad de los sectores público y privado para garantizar la continuidad asistencial y la mejor atención al paciente. En el último patronato que hemos celebrado a finales del mes de noviembre, así lo hemos ratificado ante nuestros Patronos y así han quedado establecidas las líneas de trabajo del próximo año.

Cualquier mejora significativa en la atención y los resultados de salud pasa por transformar la estructura y gestión del sistema sanitario

Además, hemos desarrollado un concepto que tendrá continuidad en 10 causas que desplegaremos a lo largo del año, y que implica un avance en positivo hacia las reformas estructurales que consideramos que el Sistema Nacional de Salud necesita. Se trata de un simple #DiSí a la reforma de la Sanidad, que nos llevará a decir Sí a una serie de asuntos que, bajo nuestro punto de vista no pueden posponerse más si no queremos dejar a nadie atrás. Y estos son el acceso a la innovación, la equidad, la calidad asistencial, la transformación digital, el valor de las personas (pacientes y profesionales), la transparencia en resultados sanitarios, la productividad, la continuidad asistencial, el paciente único, y un sistema sanitario integrado.

Desde el punto de vista de la innovación, se puede destacar que tanto la innovación farmacéutica como la de tecnología sanitaria tienen el potencial de transformar radicalmente la forma en que se aborda la salud, contribuyendo a sistemas sanitarios más efectivos y centrados en las necesidades del paciente. Así pues, la medicina personalizada, la prevención, la detección precoz y los nuevos tratamientos solo estarán garantizados si el acceso a la innovación es ágil y se hace de manera ecuánime.

Con la equidad se busca que todas las personas tengan acceso a servicios de salud de calidad, eliminando las barreras que generan desigualdades, asegurando oportunidades justas en prevención, tratamiento y cuidado médico.

Los ejes estratégicos para 2025 son la innovación tecnológica y farmacéutica, la transformación del sistema sanitario y la complementariedad de los sectores público y privado para garantizar la continuidad asistencial

La calidad asistencial implica brindar cuidados basados en evidencia científica, minimizando riesgos y errores, respondiendo a las necesidades del paciente, y optimizando el uso de recursos disponibles, con el fin de mejorar los resultados en salud y la satisfacción tanto de usuarios como de profesionales.

La transformación digital de la sanidad implica integrar tecnologías digitales avanzadas para mejorar la prestación de servicios de salud y la gestión de recursos, promoviendo una atención más personalizada, eficiente y accesible, y facilitando la toma de decisiones basadas en datos.

Con el valor de las personas, principalmente de los pacientes y de los profesionales, se da sentido a la Sanidad que queremos. Unos pacientes en un entorno que les haga partícipes y unos profesionales que puedan evolucionar y avanzar en su formación, siendo además una brújula ética en la prestación de un servicio competente.

La transparencia en sanidad significa publicar y medir la información sobre la gestión, los procesos y los resultados del sistema de salud. Implica comunicar de forma clara datos como la calidad de los servicios, los tiempos de espera, los costes, y los resultados de salud, de manera que se fomente la confianza en los centros y en los sistemas.

La productividad, analizando de manera clara qué ocurre en nuestro SNS con la relación entre los recursos utilizados y los servicios o resultados obtenidos, y cómo mejorar esa relación para obtener mejores resultados.

Hemos desarrollado un concepto que tendrá continuidad en 10 causas que desplegaremos a lo largo del año, y que implica un avance en positivo hacia las reformas estructurales que necesita el SNS

La continuidad asistencial, asegurando que los pacientes reciban un cuidado coordinado y sin interrupciones a lo largo del tiempo y entre diferentes niveles o proveedores de salud, que fomenta una relación estable entre el paciente y su equipo de atención; y que se centre en la coordinación efectiva de los servicios para evitar duplicidades.

El paciente único, con una historia clínica única e interoperable, que garantice que el cuidado al paciente no tenga rupturas desde el inicio hasta el final de su vida.

Un sistema integrado y complementario, porque más allá de colaboración público-privada puntual, lo que hay es una complementariedad de modelos (público y privado) para dar asistencia a todos los pacientes, a través de diferentes fórmulas de colaboración. Hemos de aceptar que nuestro sistema sanitario se compone de dos sectores que globalmente se complementan para dar una asistencia adecuada a la población.

En resumen, un decálogo con el que queremos decir Sí a la reforma de la Sanidad. Y ese Sí será en 2025, porque este es para la Fundación IDIS un año vital para trabajar por la transformación de un sistema sanitario que cumpla de manera adecuada con las necesidades de los pacientes y cuya sostenibilidad quede garantizada.

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