A donde es más difícil llegar: los farmacéuticos apoyan proyectos de cooperación para los más invisibilizados

Las ayudas a la cooperación del Consejo General cumplen 25 años. En total, ha donado 750.000 euros que han permitido mejorar el acceso a los servicios sanitarios a más de dos millones de personas

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Foto: Cgcof

Juan León García
Más allá de la farmacia comunitaria, la labor del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos (Cgcof) alcanza ámbitos más recónditos, invisibilizados, a través de ayudas a la cooperación. Lo saben bien las 2,2 millones de personas que, gracias a estos fondos que cada año y desde hace 25 reparte el órgano colegial, ha permitido que mejoren su acceso a los servicios sanitarios. Tanto en España como en cualquier rincón del mundo.

El espíritu del que está imbuida esta iniciativa queda plasmado en el lema ‘Una farmacia comprometida para no dejar a nadie detrás’. Así lo refrendó Rita de la Plaza, tesorera del Cgcof, asegurando que todos los proyectos presentados (16 en total), de los que se eligieron cuatro, “son ejemplo del compromiso de la profesión farmacéutica con las personas más vulnerables”. También obedece al compromiso de la entidad, alineada con los objetivos de la Agenda 2030.

El Cgcof destina 30.000 euros a repartir entre las cuatro iniciativas seleccionadas: las de Etiopía suman 18.000 euros, y los otros 12.000, entre Guatemala y República Dominicana

En su cuarto de siglo de vida, la estrategia de apoyo a proyectos de cooperación ha repartido más de 750.000 euros a 31 ONG. En esta edición, cuyos proyectos fueron aprobados por el Pleno del Consejo General el pasado 27 de noviembre, las organizaciones agraciadas han sido Manos Unidas, Farmacéuticos en Acción, Fundación El Alto y Farmacéuticos Mundi.

Dos de estos proyectos están ubicados en Etiopía, otro en República Dominicana y uno más en Guatemala. Por su parte, el Cgcof ha provisto en esta edición 30.000 euros para repartir entre las cuatro iniciativas: 15.000 para Manos Unidas; 9.000 para Farmacéuticos en Acción; y 3.000 para la Fundación El Alto y Farmacéuticos Mundi, respectivamente.

Más allá de la distancia geográfica, todos comparten un objetivo común, que gira en torno a mejorar el acceso a los medicamentos; a facilitar una mejor salud para las poblaciones de regiones en vías de desarrollo o subdesarrolladas y, también, a capacitar y formar al personal sanitario de los centros en los que el personal humanitario colabora.

Emergencia en Etiopía

En el país ubicado en la parte oriental de África se vive una época convulsa: un conflicto civil desde hace años en el norte del país que ya se ha convertido en uno de los más sangrientos de la historia reciente del continente. A estos se añade una época de sequía continuada que está acabando con los cultivos y, por lo tanto, con la manera de subsistir de las personas que viven en estas zonas eminentemente rurales.

En este punto es donde entra la cooperación humanitaria, clave para llegar a lugares donde el Estado está ausente o no puede llegar, y donde la prevalencia de diversas patologías evitables está muy presente. Por ejemplo, en el caso de la región etíope de Oromia, donde Manos Unidas trabaja para mejorar la atención sanitaria materno-infantil en comunidades rurales y aisladas del Vicariato de Meki, mejorando la capacidad de sus centros sanitarios, explicó Nieves Laporta, técnico de proyectos de Manos Unidas. En total, 170.000 euros presupuestados de los que 15.000 parten del órgano colegial de los farmacéuticos.

Mismo país en el que desarrolla su labor la Fundación El Alto. David Roca, su presidente, detalló que además de en Etiopía, están presentes en Chad y Uganda. En este caso, la iniciativa apoyada por el Cgcof con 3.000 euros concierne al Hospital Rural General de Gambo, referencia en el control y tratamiento de la lepra. En total, 59.807 personas se verán beneficiadas de forma directa; 458.112 indirectamente. Ya en marcha desde septiembre del año pasado, se extenderá hasta el mismo mes de este 2025. Roca pone el acento sobre cómo están trabajando en fortalecer el sistema y la gestión de la farmacia hospitalaria. Y, a su vez, potenciar la formulación magistral y aumentar la capacitación del personal.

Cáncer de cérvix y botiquines comunitarios

Al otro lado del Atlántico, otros dos proyectos que han recibido parte de la donación del Cgcof son los que llevan a cabo Farmacéuticos en Acción y Farmacéuticos Mundi (Farmamundi). El de los primeros, que reciben por segundo año consecutivo una ayuda para la cooperación por parte del máximo representante del colectivo, se enmarca en la localidad de Yepocapa, cerca del departamento de Chimaltenango en Guatemala, y se centra en la prevención del cáncer de cérvix.

Esta es una de las principales causas de muerte entre mujeres, y de hecho el 87% de los fallecimientos por esta enfermedad ocurren en países de ingresos bajos o medios. Solo en el lado hispanoamericano, hay una de las tasas más altas del mundo con entre 20 a 80 casos nuevos por cada 100.000 mujeres por año.

A ello se suman también otras medidas de prevención que desde Farmacéuticos en Acción también promueven, apuntó su presidenta, María Ángeles de la Torre, como la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH), el uso de preservativos, los cribajes o la detección precoz, que se realizaría a través de técnicas de Inspección Visual de Ácido Acético (IVAA). Con todo,  el proyecto se fundamenta sobre los objetivos de promover la educación sanitaria entre los vecinos y los profesionales que los atienden y, en última instancia, realizar un informe epidemiológico. La financiación procede en su mayoría del Cgcof, que aporta 9.000 de los 10.930 euros presupuestados.

Hispanoamérica registra una de las tasas más altas del mundo de cáncer cervicouterino, con entre 20 a 80 casos nuevos cada año por cada 100.000 mujeres

Cerca, en la República Dominicana, Farmamundi se centra en el reparto de botiquines comunitarios y el uso racional de los medicamentos que contienen. Nieves Mijimolle, delegada de esta ONG en Madrid, explicó que su proyecto se enfoca especialmente en mujeres y en la atención a la salud sexual y reproductiva, que permita extender la no violencia entre ellas. Su trabajo radica en el municipio de Altamira y participan en él más de 6.000 personas de manera directa.

Estos botiquines llevan alrededor de un centenar de fármacos básicos, establecidos en un listado de más de 400 por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Entre ellos, antigripales, antihipertensivos, antidiabéticos, antimicóticos, antibióticos, óvulos y cremas vaginales, cremas y lociones para infecciones de la piel o métodos anticonceptivos.

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