Fátima del Reino Iniesta
La ciencia española sigue enfrentándose a la falta de financiación pública y privada, lo que dificulta la viabilidad de proyectos y pone en riesgo la competitividad internacional. La falta de recursos no solo limita la capacidad de innovación, sino que también obliga a los equipos científicos a buscar múltiples fuentes de financiación para completar sus estudios. Esta situación genera una presión añadida sobre los investigadores, quienes deben destinar gran parte de su tiempo a la gestión de recursos en lugar de centrarse en el avance científico.
Así lo han expresado representantes de institutos de investigación clínica durante una mesa organizada por iSanidad con motivo de la campaña ‘28 días contra el cáncer, más allá del día mundial’, que cuenta con el apoyo de de Daiichi Sankyo, GSK y Roche. En concreto, el Dr. Jesús García-Foncillas, director del Instituto Oncohealth de la Fundación Jiménez Díaz, ha alertado de que los costes de cualquier experimento han aumentado drásticamente en los últimos años, pero las ayudas oficiales se mantienen en cifras obsoletas. “Nos damos cuenta de que cualquier mínimo experimento es mucho más caro que hace cinco años, pero seguimos teniendo los mismos presupuestos”, ha denunciado.
«Nos damos cuenta de que cualquier mínimo experimento es mucho más caro que hace cinco años, pero seguimos teniendo los mismos presupuestos”, ha subrayado el Dr. Foncillas
Uno de los mayores problemas señalados es la dificultad de acceder a financiación suficiente para proyectos de gran envergadura. Según García-Foncillas, las ayudas actuales son insuficientes y obligan a los investigadores a buscar múltiples fuentes de financiación. «No podemos seguir planteando ayudas privadas de 20.000 o 30.000 euros y tener que sumar muchas pequeñas para sacar adelante un proyecto».
El Dr. Luis Paz-Ares, director del Centro de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre (Imas12), ha coincidido en que la investigación básica en España es de alta calidad, pero carece del respaldo financiero necesario. «El problema es la investigación sin interés comercial, que depende exclusivamente de la financiación pública», ha explicado.
Por su parte, la Dra. Laura Mezquita, del grupo de Oncología Torácica del servicio de Oncología Médica en el Hospital Clínic y trabaja en el laboratorio de Genómica Traslacional y Terapias Dirigidas en Tumores Sólidos del Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer (Idipaps), ha subrayado que el presupuesto destinado a la ciencia en España es crónicamente bajo en comparación con otros países europeos. «Cada vez la investigación es más cara, pero la financiación no aumenta en la misma proporción», ha lamentado.
«El problema es la investigación sin interés comercial, que depende exclusivamente de la financiación pública», ha destacado el Dr. Luis Paz-Ares
El impacto de esta escasez de recursos no solo afecta a la viabilidad de los proyectos, sino también a su calidad y reproducibilidad. García-Foncillas ha subrayado que en este aspecto «no existe margen de error», por lo que, si el experimento «no sale bien a la primera», no existen fondos para poder repetirlo. «Trabajar administrando y gestionando cuentas tan limitadas en la investigación es muy complicado y duro cuando tienes que competir en un contexto internacional», ha recalcado.
Esta precariedad obliga a los equipos científicos a realizar «ingeniería financiera» para completar sus estudios. «Aceptamos proyectos sabiendo que nos dan solo la cuarta parte de lo solicitado, lo que nos obliga a recortar o a buscar más financiación por otras vías», ha explicado el investigador.
Uno de los mayores problemas señalados es la dificultad de acceder a financiación suficiente para proyectos de ciencia de gran envergadura
En este contecto, los institutos de investigación sanitaria han jugado un papel clave en el avance del sistema de ciencia español. «La oncología en España ha mejorado durante estos años. Los institutos fue probablemente la mejor idea del Instituto de Salud Carlos III. Cambió algo en lo que éramos muy deficitarios, que era la investigación traslacional en los hospitales. Sin llegar los niveles europeos u occidentales sí que ha cambiado la investigación en los centros hospitalarios. Resulta clave porque no se puede hacer una buena asistencia sin una buena investigación», ha destacado El Dr. Rafael López, presidente de la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica).
Los esfuerzos desde la administración se han diluido, no obstante, en los últimos años. «El problema que nos encontramos los que empezamos en los institutos desde el inicio es que la cantidad de dinero que se invirtió porcentualmente al principio era muchísimo mayor. Necesitamos que se vuelva a invertir«, ha añadido el presidente de Aseica.
El Dr. Antonio Cubillo, director del Centro Integral Oncológico Clara Campal (HM Ciocc), ha coincidido en el valor que han aportado a la oncología. «Ha sido muy bueno para los oncólogos jóvenes. Cuando entran en un hospital, desde el principio, viven en contacto con la investigación, aprenden a diseñar proyectos, a afrontar las dificultades burocráticas y a trabajar en red. Esto no ocurre en todas las especialidades. Tenemos una cantera buenísima en oncología», ha resaltado.
La inteligencia artificial, una oportunidad con obstáculos
Más allá de la financiación, otro de los temas abordados durante la mesa de expertos fue el papel de la inteligencia artificial en la investigación clínica y la sanidad. La Dra. Mezquita ha destacado que su impacto dependerá de la capacidad de acceder y procesar datos de forma eficiente. Sin embargo, señaló que la burocracia sigue siendo un obstáculo importante para su implementación.
«Cualquier proyecto que implique el uso de datos en hospitales públicos pasa meses en comités éticos antes de ser aprobado, incluso cuando no es necesario», ha comentado la investigadora. Como solución, ha propuesto establecer comités especializados en inteligencia artificial, como el que ya funciona en el Hospital Clínic, para agilizar estos procesos.
«Cualquier proyecto que implique el uso de datos en hospitales públicos pasa meses en comités éticos antes de ser aprobado, incluso cuando no es necesario», ha comentado la Dra. Mezquita
Los investigadores han coincidido en que la inteligencia artificial tiene un gran potencial, pero también han insistido en la necesidad de eliminar barreras administrativas para aprovechar sus beneficios. «Es una herramienta clave, pero hay que facilitar su integración en el sistema sanitario», ha subrayado el Dr. Paz-Ares.
Hacia una evaluación más eficiente de las tecnologías sanitarias
Otro punto de debate fue la tramitación del Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias. El Dr. Paz-Ares ha enfatizado en que los procesos de evaluación deben ser rápidos, eficientes y liderados por clínicos con experiencia en el área. «Este país es plural y diferente, pero probablemente no necesita 17 agencias de evaluación de tecnologías diferentes. Los que tienen eficiencia y calidad para cambiar la salud de los pacientes en un sitio probablemente la tengan en otro. Lo importante es que se evalúe rápido y se incorpore cuando la innovación la merite», ha reclamado.
En la misma línea, el Dr. García-Foncillas ha defendido la necesidad de un modelo de evaluación único y científicamente independiente. «Los filtros excesivos solo retrasan la incorporación de la innovación. La evaluación debe ser única y no depender de múltiples agencias. Además, deben ser los clínicos con experiencia quienes realicen estas evaluaciones, no técnicos administrativos. Si no agilizamos estos procesos, seguiremos perdiendo tiempo y oportunidades en la implementación de nuevas tecnologías», ha finalizado.