Los internistas piden reconocer la obesidad como enfermedad crónica «de una vez por todas» y acabar con su «estigma sanitario»

La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) denuncia que un 40% de las personas con obesidad no son diagnosticadas, y menos del 20% reciben medicación con evidencia científica

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Redacción
La Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) ha pedido reconocer «de una vez por todas» la obesidad como una enfermedad crónica, compleja y recidivante, basándose en el exceso de adiposidad, que puede desencadenar «diversas» enfermedades graves, todo ello de cara al Día Mundial de la Obesidad, que se celebra este cuatro de marzo.

«Ha llegado la hora de reaccionar ante la obesidad, que debe ser reconocida como lo que es: una enfermedad crónica, compleja y recidivante. Como sociedad y sistema sanitario, hemos de dejar de mirar hacia otro lado y ofrecer a las personas el acompañamiento y la atención integral, multidisciplinar, de calidad y personalizada que merecen», ha destacado el coordinador del Grupo de Trabajo sobre Obesidad, Diabetes y Nutrición (DON) de la SEMI, Alfredo Michán.

Los internistas defienden que las personas con obesidad «merecen» tener su diagnóstico y tratamiento, para lo que es necesario implantar rutas asistenciales propias que garanticen una atención «justa y equitativa»

En ese sentido, ha defendido que las personas con obesidad «merecen ser diagnosticadas y tratadas de forma integral y multidisciplinar, con todos los recursos humanos y materiales necesarios en función del estadio de su enfermedad». Para conseguirlo, demandan que se implementen rutas asistenciales propias que les garanticen una atención «justa y equitativa».

Para definir la obesidad, la asociación ha pedido seguir la ofrecida por la revista científica The Lancet, que la describe como «el exceso de adiposidad, con o sin alteraciones en la función y distribución del tejido adiposo, por causas multifactoriales no siempre conocidas».

Los médicos internistas también han explicado que para diagnosticar la obesidad «ya no basta» con el Índice de Masa Corporal (IMC), que puede llevar a «subestimar o sobreestimar los diagnósticos», razón por la que es necesario tener en cuenta otros criterios como la medición directa de la grasa corporal; seguir al menos un criterio antropométrico (como medir la circunferencia de la cintura o la relación cintura-cadera), usando puntos de corte validados por edad, género o etnia; y asumir directamente el exceso de adiposidad, sin confirmación adicional, en los casos de un IMC mayor a 40 kilogramos por metro cuadrado.

Los internistas inciden en que para diagnosticar la obesidad «ya no basta» con el IMC, que puede llevar a «subestimar o sobreestimar los diagnósticos»

Para el diagnóstico de la obesidad clínica también se considera necesaria una reducción de la función de los órganos o tejidos, como la apnea del sueño, la enfermedad renal, la artrosis o la insuficiencia cardiaca, así como limitaciones «significativas» en las actividades básicas de la vida diaria, como tener dificultades de movilidad, en el aseo, vestimenta o la alimentación.

Menos del 20% recibe medicación con evidencia científica

La SEMI ha recordado que la prevalencia de la obesidad en España ha crecido «de forma ininterrumpida» desde 1980, y se estima que afecta al 23,8% de la población adulta, según un informe de la Región Europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, más del 60% de la población tiene sobrepeso, según el estudio Obemi; el 40% de las personas con obesidad no tienen este diagnóstico, y menos del 20% recibe medicación con evidencia científica, según datos de la SEMI, lo que «pone en evidencia el estigma sanitario» hacia las personas con obesidad, tanto a la hora del diagnóstico como en el tratamiento recibido.

Para los internistas, los datos de personas con obesidad sin diagnóstico y sin medicación con evidencian científica «pone en evidencia el estigma sanitario» que hay hacia estas personas

Los especialistas han subrayado que la obesidad se asocia a otros problemas de salud importantes como la diabetes, la hipertensión, la hipercolesterolemia, así como con enfermedades tan graves como la enfermedad cardiovascular, la enfermedad metabólica hepática, la insuficiencia cardíaca, la fibrilación auricular, la apnea del sueño, la nefropatía por obesidad y la artrosis.

Este Grupo Don de la SEMI se encuentra promoviendo una segunda parte del registro Rofemi para agrupar en fenotipos clínicos a las personas con obesidad que atienden más frecuentemente los internistas, cuyo papel debe ser «no solo diagnosticar la obesidad en las personas», sino «estadificarlas en función de todas las comorbilidades o complicaciones que asocian, y definir y consensuar un objetivo de peso que le ofrezca la máxima salud siempre en forma de perdida de adiposidad».

La organización también ha querido señalar el estigma, los prejuicios y el error conceptual que aún existe sobre la obesidad, y ha explicado que «no es un vicio ni una enfermedad moral y, por supuesto, no es una elección de los pacientes».

«La obesidad no es un vicio ni una enfermedad moral y, por supuesto, no es una elección de los pacientes»

A pesar de ello, la «narrativa dominante la relaciona con una falta de voluntad del paciente, la culpa y la baja autoestima», y ha lamentado la existencia de un «estigma sanitario tendente a utilizar un lenguaje y una conducta culpabilizadores sobre el peso«, lo que conduce a que las personas no consulten su problema, eviten tratarse y no participen en el sistema sanitario.

«Los internistas abogamos por disponer de buenas armas para luchar contra la obesidad: armas para un correcto diagnóstico y estadificación; armas para un tratamiento óptimo, equitativo y personalizado, que no culpabilice a la persona con obesidad y que le permita obtener un peso saludable», ha concluido la SEMI.

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