Un paciente sobrevive 100 días con un corazón artificial de titanio antes de recibir un trasplante cardíaco

El corazón artificial BiVacor actúa como puente al trasplante y demuestra su viabilidad en la vida cotidiana del paciente

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Foto: BiVACOR

Redacción
Un paciente australiano ha logrado sobrevivir más de 100 días con un corazón artificial de titanio, en lo que supone un avance significativo en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca avanzada. Se trata del primer caso documentado en el que un dispositivo BiVacor, un corazón artificial total (TAH, por sus siglas en inglés), permite que un paciente espere un trasplante cardíaco fuera del hospital, llevando una vida relativamente normal.

El dispositivo fue implantado en el Hospital St Vincent’s de Sídney, Australia. Tras una recuperación inicial, el paciente fue dado de alta y permaneció en su domicilio durante más de tres meses, antes de recibir un trasplante de corazón humano. El éxito de esta experiencia proporciona nuevas evidencias sobre la seguridad y funcionalidad del BiVacor en entornos no hospitalarios.

BiVacor: un corazón artificial total de titanio

El BiVacor es un dispositivo de soporte circulatorio que reemplaza completamente el corazón humano. A diferencia de los sistemas de asistencia ventricular izquierda (LVAD), que solo ayudan a uno de los ventrículos, el BiVacor actúa como un sustituto total del órgano. Está fabricado en titanio, lo que garantiza resistencia y ligereza, y su funcionamiento se basa en un rotor suspendido magnéticamente que impulsa la sangre de manera continua y bidireccional, ajustándose a las necesidades fisiológicas del paciente.

Este sistema está conectado mediante un cable transcutáneo a un controlador externo, que se alimenta de baterías portátiles durante el día y de corriente eléctrica durante la noche. Gracias a este diseño, los pacientes pueden moverse con libertad y realizar actividades cotidianas básicas mientras esperan un trasplante.

Los pacientes pueden moverse con libertad y realizar actividades cotidianas básicas mientras esperan el trasplante

Según el equipo médico del St Vincent’s Hospital, el paciente es el sexto en el mundo en recibir el BiVacor, pero el primero en lograr superar los 100 días de soporte fuera del hospital. Este caso representa un avance clínico que podría cambiar el paradigma de la terapia de reemplazo cardíaco, ofreciendo una alternativa temporal o incluso permanente a quienes no son candidatos a trasplante.

El Dr. Julian Smith, cirujano cardíaco del Instituto del Corazón de Victoria en la Universidad de Monash, destaca la relevancia de este caso para el futuro del BiVacor. «Demuestra que el dispositivo puede mantener una función cardíaca estable durante un período prolongado sin supervisión médica intensiva», señala el especialista.

El paciente es el sexto en el mundo en recibir el BiVacor, pero el primero en lograr superar los 100 días de soporte fuera del hospital

Aunque los resultados son prometedores, persisten desafíos para la implementación generalizada de esta tecnología. La Dra. Sarah Aitken, cirujana vascular de la Universidad de Sídney, subraya la necesidad de determinar el costo-beneficio del dispositivo y su impacto a largo plazo en la calidad de vida de los pacientes. «Estamos ante una tecnología costosa y con una cirugía de implantación compleja y de alto riesgo», advierte.

El Dr. Joseph Rogers, presidente del Instituto del Corazón de Texas y líder del primer ensayo clínico de BiVacor, en Estados Unidos, destaca el valor de comprobar que un paciente pueda utilizar el dispositivo sin monitorización continua. «Esto marca un hito importante para el uso del corazón artificial total en la vida diaria», afirma.

Una posible alternativa permanente al trasplante

En la actualidad, el BiVacor se está utilizando como un puente al trasplante, pero algunos expertos consideran que podría convertirse en una solución definitiva para quienes no reúnen las condiciones necesarias para un trasplante cardíaco. Según la Organización Mundial de la Salud, la insuficiencia cardíaca afecta a más de 60 millones de personas en el mundo. En Estados Unidos, cerca de 7 millones de adultos viven con esta condición, mientras que en 2023 se realizaron solo 4.500 trasplantes de corazón, debido principalmente a la escasez de órganos donados.

El desarrollo de BiVacor, impulsado por el ingeniero biomédico Daniel Timms, fundador de la empresa homónima, podría suponer una revolución en el tratamiento de la insuficiencia cardíaca avanzada, ofreciendo una alternativa tecnológica innovadora frente a la creciente demanda de trasplantes cardíacos.

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