Pablo Malo Segura
El embarazo puede tener repercusiones en la salud oral, y a su vez, una mala salud oral puede causar problemas durante el embarazo. «Una buena higiene bucal durante el embarazo no sólo reduce el riesgo de caries e inflamación de las encías para la madre, sino que también previene la transmisión de bacterias orales al recién nacido». Así lo ha resaltado la Dra. María Núñez, presidenta del Colegio de Dentistas de Lugo, durante la presentación de la quinta Campaña Salud oral y Embarazo, organizada por el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española (FDE), con la colaboración de la Asociación Española de Matronas y el patrocinio de Lacer.
Es importante conocer unas medidas básicas y sencillas para que las embarazadas puedan conseguir una salud oral óptima y evitar complicaciones. Esta campaña busca proporcionar información basada en la evidencia científica, resolver dudas y desmentir el mito de «cada embarazo cuesta un diente». La caries, la gingivitis, la periodontitis, el granuloma y la erosión dental son las patologías más frecuentes en las mujeres embarazadas. «Es muy importante que se acuda a revisión odontológica durante el periodo de gestación para que el dentista detecte las posibles patologías, las trate e informe a la mujer sobre cómo prevenirlas», ha indicado la Dra. María Núñez, subrayando que el objetivo más importante en la embarazada es el establecimiento de una buena salud oral.
Para ello, se deben seguir unas sencillas pautas. En primer lugar, cepillarse los dientes con pasta dentífrica fluorada, al menos, dos veces al día y no olvidar la higiene interdental. También es esencial cuidar la dieta, limitando los alimentos azucarados y las bebidas carbonatadas. Es preferible tomar frutas naturales que zumos comerciales. Se puede masticar chicle sin azúcar y con xilitol durante 15 minutos después de las comidas. Además, en caso de tener náuseas y vómitos, se aconseja tomar pequeñas cantidades de frutas, vegetales, yogur y queso a lo largo del día. Después de vomitar, disolver una cucharadita de bicarbonato en un vaso de agua, enjuagarse la boca y escupir. No se deben cepillar los dientes hasta que hayan pasado 30 minutos. El dentista indicará si se debe usar un colutorio con flúor a diario. Por último, es fundamental visitar al dentista, preferiblemente, en el segundo trimestre del embarazo.
La salud oral de la embarazada debe iniciarse antes de concebir. Se recomienda visitar al dentista y seguir hábitos saludables
No obstante, ha recordado que la salud oral en el embarazo empieza antes de quedarse embarazada, abogando por mejorar la prevención. «Tenemos que adquirir el hábito previo de acudir a consultas al dentista, tener una buena higiene bucodental y seguir hábitos saludables», ha precisado.
Por su parte, Rocío García-Viso, matrona, ha detallado la información que se proporciona en las consultas prenatales. «Muchas mujeres descubren la consulta de matrona en el embarazo y, por tanto, no las vemos tantas veces como sería ideal antes de ello. Además, pocas veces preguntan por la salud oral salvo que tengan un problema. En las primeras consultas de embarazo tenemos que acompañarlas en la prevención y promoción de la salud», ha expuesto. «Al quedarse embarazada una mujer recibe mucha información de su entorno, con muchas experiencias personales, y a veces llegan a la información a través del miedo. Es importante preguntar a las matronas para que informen y deriven al odontólogo cuando sea necesario», ha añadido.
Además, ha indicado que algunos de los miedos más frecuentes de las embarazadas para acudir al dentista tienen que ver con alguna prueba de radiología, la anestesia o tener que tomar antibióticos. En este sentido, la Dra. María Núñez ha enfatizado que la valoración siempre la hará un dentista en función de la gravedad y el momento del embarazo, teniendo en cuenta el balance beneficio-riesgo. «Es fundamental individualizar el tratamiento», ha asegurado. Por su parte, la modelo Sandra Gago ha compartido su experiencia personal como madre.
Ventajas de la lactancia materna
Durante el coloquio también se ha destacado que la lactancia materna tiene numerosos beneficios tanto para la madre como para el bebé. Al succionar el pecho, se favorece el crecimiento de los maxilares, preparándolos para las siguientes etapas de desarrollo. El crecimiento inadecuado de la cara afecta a la respiración y, a su vez, una respiración inadecuada influye en el sueño, memoria y concentración. Asimismo, la posición de los labios en el pezón favorece el desarrollo perioral y la posterior pronunciación de los fonemas. Todos los músculos faciales se fortalecen durante los intervalos de succión.
La lactancia favorece el crecimiento adecuado de los maxilares y una respiración adecuada en el bebé, lo que influye en el sueño y la concentración
Por otro lado, la dinámica de la cadena neuromuscular relacionada con la respiración, masticación, deglución y fonación, depende del amamantamiento. Todos los sistemas musculares están interconectados. Con el amamantamiento, el bebé va aprendiendo cómo tragar y respirar adecuadamente.
Salud oral del bebé
Otro de los temas tratados ha sido la salud bucodental del bebé. En este sentido, se ha hablado sobre la caries de la primera infancia (antes llamada del biberón), que se debe a una exposición prolongada de los dientes del bebé a líquidos azucarados. Para prevenirla, no se debe dejar al bebé con el biberón por la noche, hay que limitar o eliminar bebidas azucaradas, limpiar bien las encías con una gasa húmeda después de cada toma y empezar a cepillar sus dientes cuando erupcionen (a los 6 meses) con pasta fluorada a concentración de 1.000 ppm de flúor con el tamaño de un grano de arroz hasta los 3 años. No se deben compartir cubiertos y otros utensilios entre los padres/cuidadores y el bebé, puesto que se pueden propagar bacterias orales. Por último, la primera cita con el dentista debe ser cuando el niño cumpla un año.
Para prevenir la caries de la primera infancia, es esencial evitar los biberones por la noche, limitar las bebidas azucaradas y empezar a cepillar los dientes del bebé a los seis meses
Por otro lado, se recomienda usar los llamados chupetes anatómicos porque llevan lo que se denomina tetina fisiológica, que es la que imita mejor al pezón materno (plana y simétrica). En cuanto a la edad ideal para abandonar el chupete, las sociedades de odontopediatría recomiendan hacerlo en torno a los dos años y nunca más allá de los tres años, ya que aumenta el riesgo de desarrollar mordida abierta anterior, un tipo de maloclusión.