Nieves Sebastián Mongares
Entre el 6 y el 9 de septiembre, Barcelona se convirtió en el epicentro de los avances en cáncer de pulmón con la celebración del Congreso Mundial de Cáncer de Pulmón (WCLC 2025). Y, en este escenario, el Grupo Español de Cáncer de Pulmón (GECP) ha jugado un papel muy relevante, presentando varios estudios relativos a la patología.
A rasgos generales, el Dr. Mariano Provencio, presidente del GECP y jefe de Servicio de Oncología en el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, valora que “ha sido un congreso muy enriquecedor en el que se ha puesto de manifiesto de forma muy clara que el tratamiento del cáncer de pulmón avanza hacia terapias cada vez más personalizadas según el subtipo del tumor, incorporando fármacos dirigidos, nuevas moléculas y más opciones de inmunoterapia en distintos momentos de la enfermedad”.
Asimismo, el Dr. Provencio incide en que “han sido numerosas las comunicaciones que han dejado patente que el tratamiento del cáncer de pulmón avanza hacia la personalización, combinando terapias antes y después de la cirugía, y usando diversos biomarcadores para seleccionar el tratamiento más adecuado para cada paciente”.
Nadim Adjuvant: quimioinmunoterapia postoperatoria
El ensayo Nadim Adjuvant, presentado en el marco del congreso, puso de manifiesto que, en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) la quimioinmunoterapia postoperatoria puede retrasar y reducir las recaídas. Como explica el Dr. Provencio, “los primeros análisis del ensayo Nadim Adjuvant, realizado en 30 hospitales de España, muestran que añadir inmunoterapia a la quimioterapia después de la cirugía en pacientes con cáncer de pulmón en fases iniciales reduce de forma importante las recaídas”.
En concreto, como indica el Dr. Provencio, “A los tres años de seguimiento, solo un 20% de los pacientes tratados con la combinación recayó, frente a casi un 40% de los que recibieron solo quimioterapia; esto significa que el riesgo de que el cáncer vuelva se redujo casi a la mitad”. Esto es especialmente relevante, porque como explican los autores del estudio, el CPNM presenta una elevada tasa de recaídas, incluso en aquellos casos en que el tumor se ha extirpado completamente. Además, desde el GECP ya habían mostrado el valor de la quimioinmunoterapia anteriormente con los estudios Nadim I y Nadim II, en otro tipo de pacientes, lo que motivó este estudio para evaluar la eficacia de esta estrategia tras la cirugía.
A los tres años de seguimiento, sólo el 20% de pacientes tratados con CPNM tratados con inmunoterapia recayó frente al 40% de los que recibieron sólo quimioterapia
“El estudio ha despertado un gran interés en la comunidad médica porque es el primer ensayo fase III en el mundo que demuestra de forma sólida que la quimioinmunoterapia tras la cirugía puede mejorar los resultados”, expone el Dr. Provencio. No obstante, el especialista llama a la cautela aduciendo que “todavía es necesario más tiempo de seguimiento, pero si estos datos se confirman con más tiempo de seguimiento, podrían cambiar la forma habitual de tratar a estos pacientes después de la operación”.
Análisis farmacoeconómico de Nadim II
El estudio Nadim II impulsado por el GECP testó la eficacia de la quimioterapia antes de operar los tumores precoces, logrando consolidarse como estándar de tratamiento. Ahora, en el marco del WCLC 2025, el grupo ha presentado un análisis farmacoeconómico, complementando así los resultados clínicos del ensayo. A este respecto, el Dr. Provencio considera que “aporta una importante perspectiva de sostenibilidad al demostrar que, considerando costes del fármaco, duración del tratamiento y años de vida ganados, la estrategia perioperatoria combinada puede ser coste-efectiva en poblaciones seleccionadas”.
Precisamente, el jefe de Servicio de Oncología del Puerta de Hierro añade que “estas conclusiones complementan los datos clínicos al ofrecer argumentos económicos para el sistema sanitario”. “En la práctica, el análisis ayuda a priorizar subgrupos de pacientes con mayor beneficio absoluto y a planificar la introducción ordenada de estas estrategias en sistemas con recursos limitados”, concluye Provencio.
Más avances en investigación
Por otra parte, el GECP presentó en el marco del congreso mundial presentó datos del estudio Arian, en Fase III y todavía en curso. Este, aplica también a cáncer de pulmón no microcítico y como explica el Dr. Provencio, “el estudió está estudio diseñado para evaluar la eficacia de la combinación de un anticuerpo-fármaco conjugado (ADC) con un inhibidor de PDL-1 como tratamiento postcirugía en pacientes que presentan enfermedad residual o respuesta patológica menos óptima tras el tratamiento previo a la cirugía”.
No obstante, el especialista remarca que los datos que se presentaron son muy preliminares y corresponden al diseño, criterios de inclusión y objetivos primarios, como puede ser el riesgo de recaída, sin disponerse todavía de resultados maduros de eficacia y seguridad. “El valor inmediato de Arian es su enfoque dirigido a este tipo de pacientes”, expresa el oncólogo.
Además de los avances en tratamiento, en el WCLC se abordaron avances como la identificación de qué pacientes tienen más riesgo de recaer tras cirugía a través de ADN tumoral en sangre
Y más allá de los proyectos de investigación presentados por el GECP en el WCLC 2025, el Dr. Provencio destaca otros ensayos presentados en el marco de este encuentro. “Ha habido una importante actualización de estudios como el Flaura 2 que explora la combinación de quimioterapia y osimertinib en primera línea de pacientes EGFR mutados que demuestra aumento de supervivencia global”, precisa el especialista.
Por otra parte, desde la perspectiva del diagnóstico y seguimiento del cáncer de pulmón, el Dr. Provencio, se han presentado comunicaciones relevantes. “Se han seguido presentando novedades sobre cómo identificar qué pacientes tienen más riesgo de recaer tras la cirugía a través del ADN tumoral en sangre, como diversos análisis presentados del GECP de sus ensayos Nadim”. “La inteligencia artifical (IA) y las nuevas tecnologías sin duda van a representar un papel clave en la detección precoz y/o el seguimiento con datos de vida real de la evolución de la enfermedad”, concluye el oncólogo.










