Juan León García
Gabriela Vázquez Vegas (Fotos)
Bajo el concepto de innovación abierta en el sector farmacéutico gira una estrategia que busca cubrir las necesidades presentes y cada vez más cambiantes de los sistemas sanitarios. En este sentido, la irrupción de startups y spinoffs ha cambiado el paradigma sobre el que se mueven las compañías del sector. Hoy consiste más en una simbiosis por la que el emprendedor detecta la carencia y la cubre con una solución, y la compañía la adquiere y la aplica a gran escala.
Es una dinámica que conocen bien Jorge Pou, director de Innovación y Operaciones Comerciales de GSK, y Daniel Raduan, Head of Data, Digital & Technology de Takeda, protagonistas de una mesa celebrada como parte de los Ciclos Communis 2025, impulsados por iSanidad, sobre la importancia de implantar este enfoque en la base de la estructura de sus organizaciones.
Ambos coinciden en que actualmente se vive una “fuerte irrupción” de este tipo de empresas que traen “propuestas de alto valor”, observa Raduan, en un contexto de “crecimiento notable” de este tipo de pequeñas empresas en el ámbito farmacéutico en los últimos años, completa Pou.
Precisamente recuerda que su compañía, GSK, es líder en “la inversión en emprendimiento” del sector. Iniciativas como su plataforma de innovación abierta, GSK Gate2Health, permiten reunir en un mismo espacio “a diversos socios estratégicos con el objetivo de acelerar la digitalización y promover una transformación sostenible del sistema sanitario”.
Daniel Raduan (Takeda): “Una única compañía no puede transformar el sistema por sí sola. Hay que canalizar esfuerzos a través de consorcios, alianzas estratégicas o iniciativas impulsadas por Farmaindustria”
Línea similar a la que se mueve Takeda: “Consideramos que la clave para superar el desafío de escalar estas soluciones residen en la colaboración”, reflexiona Raduan. “Una única compañía no puede transformar el sistema por sí sola”, deja claro, y por eso argumenta que hay que canalizar esfuerzos conjuntos, “ya sea a través de consorcios, alianzas estratégicas o iniciativas impulsadas por Farmaindustria”. Objetivo que será más sencillo de lograr una vez se apuntale el Espacio Europeo de Datos Sanitarios (EEDS), que para él representa “una oportunidad única” para avanzar hacia un ecosistema “más interoperable, eficiente y centrado en el paciente”.
Al mismo tiempo, su homólogo de GSK subraya que una vez identificadas y planteado el abordaje de las necesidades no cubiertas, se trata de trabajar “de forma transversal” para evaluar indicadores clave de eficiencia y eficacia que permitan implantar “soluciones duraderas”.
Nuevas soluciones, vieja normativa
El principal dilema que viven los sistemas sanitarios pasa por atender el cambio demográfico de la población, cada vez más envejecida y por lo tanto pluripatológica y cronificada, de tal manera que siga siendo sostenible. Razón de más para que la llegada y ampliación del abanico de terapias digitales sea continua, “especialmente en países como Alemania, donde ya existen modelos de reembolso específicos”, pone como ejemplo Raduan. En nuestro país “este debate aún está en una fase incipiente”, comenta.
Por eso cree que “es fundamental abrir esta conversación” para confeccionar un marco regulatorio que permita, como en el país centroeuropeo, “evaluar e integrar estas soluciones de forma estructurada” en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS). Esa misma postura la defienden desde GSK. Pou lo ve “una oportunidad clave” integrar las terapias digitales para ampliar las herramientas disponibles en la contratación y evaluación de tecnologías sanitarias.
De hecho, uno de los principales retos pasa precisamente por acelerar la implantación de soluciones digitales “con valor añadido”, a juicio de Pou, articulando mecanismos de evaluación “sólidos” que deberían articularse en coordinación con las grandes empresas especializadas en tecnología sanitaria. Para que el objetivo último sea el acceso a este catálogo por parte de las administraciones públicas y, por ende, la mejora de la atención y la sostenibilidad del modelo, apunta Raduan, que celebra la iniciativa de Farmaindustria para impulsar el diálogo. “Creemos que es el momento adecuado para acelerar ideas que permitan que estas terapias digitales formen parte del futuro de la sanidad en España”, sentencia.
Jorge Pou (GSK): “La integración de estas terapias digitales en la cartera de servicios del SNS representa una oportunidad clave para ampliar las herramientas de contratación y evaluación de tecnologías sanitarias”
En el ecosistema también tienen un peso importante sociedades científicas y asociaciones de pacientes, cuya visión ayuda a definir y orientar las soluciones digitales en base a las necesidades expresadas. Son clave para la “evolución del ecosistema sanitario”, reconoce el director de innovación de GSK. La inteligencia artificial (IA) y el desarrollo de nuevas tecnologías despiertan el interés de ambos actores, lo que para Jorge Pou refleja “una demanda clara” en la clínica: “una visión más holística de la patología, que integre innovación tecnológica y conocimiento científico”.
Nuevo paradigma que se aprecia también en un contexto donde, ahonda Raduan, “los pacientes son cada vez más nativos digitales y los médicos valoran soluciones que aporten utilidad clínica y operativa”. En áreas como Oncología o Hematología, prosigue su homólogo en GSK, “altamente exigentes y tecnológicamente avanzadas” que requiere de una interlocución con la industria “que esté a la altura de sus expectativas”.
Ambos están de acuerdo en que la única vía exitosa pasa por que estas herramientas formen parte de la estructura de los hospitales para asegurar su efectividad. No es una percepción, sino algo que les han trasladado ya los responsables tecnológicos de los centros sanitarios. Advierten, dice Raduan, “que no se aprobarán nuevas herramientas que no estén alineadas con sus infraestructuras”.
La IA transforma la cultura de empresa
De entre los cambios que han venido con la democratización de la IA está, a nivel interno, la transformación cultural que destacan los dos expertos. El cambio se percibe ya en la incorporación de perfiles profesionales diversos, destacan desde GSK, que llegan de otros ámbitos completamente distintos al de la industria farmacéutica. “Apostamos por integrar expertos en digitalización, consultoría estratégica y otras disciplinas que, aunque no cuenten con experiencia previa en el sector, aportan una visión fresca y orientada a la innovación”, explica Jorge Pou.
Por su parte, Daniel Raduan pone de relieve que viven en Takeda una fase de “consolidación” en este sentido: “las capacidades digitales comienzan a integrarse de forma natural en nuestras unidades de negocio”. Y, a su vez, también implica una “colaboración estrecha” entre distintas áreas de la compañía, como Médico, Acceso y Tecnología, que cooperan “con el objetivo de diseñar soluciones desde fases tempranas que incorporen indicadores más amplios que los tradicionales”. Entre ellos, destaca la experiencia del paciente y métricas de bienestar dentro de las “conversaciones estratégicas” que mantienen.












