El Hospital Sant Pau de Barcelona ha tratado por primera vez en el mundo la esquizofrenia mediante la técnica de estimulación cerebral profunda (ECP) que, hace remitir los delirios y las alucinaciones de los pacientes, que presentan resistencia a los tratamientos farmacológicos.
Presentada en rueda de prensa por el director de Psiquiatría del centro, Enric Álvarez; el de Neurocirugía, Joan Molet, y la médico adjunta de Psiquiatría, Iluminada Corripio, explican como la primera paciente intervenida con esta técnica, de 47 años y con esquizofrenia paranoide desde hace 20, “ha mejorado los delirios y ya ha empezado a relacionarse con su entorno”, e incluso tras un largo periodo de reclusión en su casa y aislamiento social, ha planificado un viaje.
La intervención a la que fue sometida esta paciente, hace ya siete meses, consistió en implantarle en el cerebro dos electrodos que liberan estímulos eléctricos para modificar la función cerebral afectada, lo que puede regularse mediante un pequeño marcapasos. En el año anterior a la intervención, la paciente llegó a ser hospitalizada hasta tres veces, pero una vez operada, “no ha tenido ninguna recaída”, y es que “las paranoias han prácticamente desaparecido”. Los pacientes deben seguir el mismo tratamiento farmacológico anterior a la intervención, y es que si no la respuesta no podría atribuirse única y exclusivamente al neurotransmisor que llevan implantado.
Dos pacientes más han sido intervenidas
El Hospital Sant Pau de Barcelona ya ha intervenido a dos pacientes más, aunque para tener resultados, aún “es demasiado pronto”. Las expectativas son más que óptimas, ya que entre este año y el siguiente prevé operar a otros cinco, dentro de un ensayo clínico que tiene el apoyo de las becas Fis del Instituto Carlos III y la colaboración de la Fundación para la Investigación y Docencia María Angustias Giménez (Fidmag).
Tratada por primera vez en el mundo mediante la técnica de estimulación cerebral profunda, pero no en la neurología, y es que la ECP se empezó a aplicar también de forma pionera en el Sant Pau hace 15 años en enfermos de Parkinson, para después extenderse a pacientes con depresión gracias a sus buenos resultados y a la mejora de las técnicas de neuroimagen.
Como explican Moley y Álvarez, esta excelente bagaje “ha sido esencial” para dar el salto a la esquizofrenia, que también han destacado que esta patología requiere de nuevas alternativas a los fármacos debido a las altas tasas de resistencia (de hasta el 40%) que presenta.
En este sentido, Corripio especifica como el perfil indicado para que sea intervenido con estimulación cerebral profunda responde al de “pacientes con delirios y alucinaciones que han agotado todas las posibilidades terapéuticas”, como es el caso de la primera mujer intervenida. En España, según datos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), la esquizofrenia afecta a 400.000 ciudadanos.
La intervención, que cuesta unos 60.000 euros, dura unas ocho horas y requiere anestesia general y una semana de postoperatorio. “Luego los pacientes pueden hacer vida normal y centrarse en el tratamiento para recuperar los años perdidos”, explica Molet.
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