..Elena Santa María.
Begoña Barragán, presidenta de Gepac habló ayer, en el Aula Respira del Hospital de La Princesa de Madrid, por primera vez en público del legado de su amigo y maestro, Albert J. Jovell, fallecido hace cinco años, con quien ha compartido numerosos proyectos de representación de pacientes a raíz de que en el año 2001 les diagnosticaran cáncer a ambos.
Albert Jovell, fundador del Foro Español de Pacientes, y que fue a la vez médico y paciente, será recordado siempre, como señaló Begoña, por su imprescindible legado humanista, comparable a otros grandes médicos de la historia como Hipócrates, que ya hablaba de evitar el daño; Maimónides, Philippe Pinel, quien quitó las cadenas a los enfermos mentales, Albert Schweitzer, que introdujo la ética en la medicina; Peabody, que puso el foco en el cuidado del paciente; Viktor Frankl, autor del libro El hombre en busca de sentido; o Pedro Laín Entralgo, que avanzó en la comunicación médico-paciente.
Albert Jovell, fundador del Foro Español de Pacientes, será recordado siempre por su imprescindible legado humanista, comparable a otros grandes médicos de la historia
Jovell se sentía orgulloso de pertenecer a una profesión en la que la ética es imprescindible. Aprendió de la forma de relacionarse con los pacientes de su padre, médico de familia en Sabadell, pero decidió no dedicarse al trato con los pacientes porque la forma en que se estaba haciendo, cuando acabó sus estudios, no se parecía en nada a lo que había aprendido de su padre. Hasta que en 2001 llegó el diagnóstico de cáncer que lo convirtió en paciente. La enfermedad le impulsó a aunar fuerzas entre colectivos de pacientes y representar el derecho de las personas enfermas a participar de manera activa. Aunque según Barragán, este legado se ha estancado; no hay comunicación entre las asociaciones y los foros de pacientes no representan realmente a los pacientes.
La crisis que atravesamos, explicaba Begoña citando a Jovell, es mucho más grave que la crisis económica. Es una crisis de profesionalismo, y sobre todo, de valores. Una crisis que 5 años después de la muerte de Jovell, somos incapaces de remontar. Uno de los motivos, o quizá consecuencia de esta crisis de valores, es la ausencia de referentes. Aunque Barragán reconoció que ella encontró un gran referente en Jovell.
No hay comunicación entre las asociaciones y los foros de pacientes no representan realmente a los pacientes
Relató las enseñanzas más importantes que él le dejó: “Jovell decía que nuestros sentimientos nos movilizan y que nuestros valores nos identifican (…)que hay que conocer las limitaciones propias, ser humilde y sonreír”, explicaba Begoña emocionada, “y sobre todo que la confianza es la base de todo, la confianza es lo que mueve el mundo”.
También Jovell tenía sus referentes, entre ellos Obama, de cuyo libro The audacity of Hope, tomó prestadas seis ideas: 1. Las promesas rotas provocan cinismo. 2. El gobierno no puede solucionarlo todo. 3. Tenemos que incidir en las cosas que nos unen más que en las que nos separan. 4. La sociedad civil es necesaria: responsabilidad cívica. 5. Nuestros valores son tan importantes como el PIB: tolerancia, igualdad y discriminación positiva. 6. Además de derechos tenemos obligaciones y responsabilidades. También los pacientes, añadía Begoña sobre esto último.
Pero quizá el mayor legado de Jovell sea su insistencia en el cuidado del paciente. Él entendía que no le iban a curar, tenía un cáncer muy complicado y la medicina es limitada. Pero no podía entender que no le cuidaran. “Solo quiero que me cuiden”, decía.
Él entendía que no le iban a curar, pero no podía entender que no le cuidaran
Begoña terminó su emotiva intervención con una fotografía del Cristo Redentor de Río de Janeiro, a donde viajó con Jovell. “Albert me hizo reconciliarme con la fe, nos aportó mucho como personas a los dos”.