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Los ganglios linfáticos pueden contener un gran número de bacterias causantes de tuberculosis y servir como reservorios de persistencia bacteriana a largo plazo, y es que así se desprende de un estudio publicado en la revista Plos Pathogens.
La investigación, liderada por JoAnne Flynn, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos) señala que, como nichos de infección persistente, es “probable” que estos órganos -ganglios linfáticos- desempeñen un papel más importante en la tuberculosis de lo que se había estudiado en otros estudios y observaciones anteriores.
En 2016 hubo 10,4 millones de nuevos casos de tuberculosis en todo el mundo; 1,7 millones de personas murieron a causa de la enfermedad
Los investigadores recuerdan que la infección puede ocurrir en cualquier órgano, y los ganglios linfáticos se encuentran entre “los sitios que se infectan con mayor frecuencia de ‘Mycobacterium tuberculosis’, la bacteria que causa la tuberculosis”, enfermedad que en 2016 se estima que hubo 10,4 millones de nuevos casos de en todo el mundo. Del mismo modo, se calcula que a causa de la tuberculosis 1,7 millones de personas murieron a causa de la enfermedad. A tenor de estas cifras, el subregistro y el infradiagnóstico de los casos de tuberculosis siguen siendo un desafío para la Organización Mundial de la Salud (OMS), especialmente en aquellos países con grandes sectores privados no regulados y sistemas de salud débiles.
“Actualmente, no está claro cómo los ganglios linfáticos responden a la infección por ‘Mycobacterium tuberculosis’”, aseguran los responsables del estudio. Para hacer frente a esta pregunta, Flynn, líder del estudio y sus compañeros, examinaron el efecto de la infección por esta bacteria en los ganglios linfáticos de los macacos cynomolgus y rhesus, dos especies de primates estrechamente relacionadas que replican la tuberculosis en los seres humanos.
En 2017 la tuberculosis siguió siendo el “principal asesino” infeccioso, así como la principal causa de muerte relacionada con la resistencia a los antimicrobianos entre las personas con VIH
De esta forma, encontraron que los ganglios linfáticos en general no son “asesinos efectivos de la bacteria”, especialmente en los macacos rhesus. En contraste, en investigaciones anteriores, los autores hallaron que una gran proporción de granulomas pulmonares eran bastante efectivos para matar los bacilos de la tuberculosis. “Por lo tanto, los ganglios linfáticos asociados con los pulmones son sitios de persistencia prolongada de la infección”, concluyen.
Según datos de la OMS, el año pasado, la tuberculosis siguió siendo el “principal asesino” infeccioso, así como la principal causa de muerte relacionada con la resistencia a los antimicrobianos y de fallecimiento entre las personas con VIH.
Pese a ser una enfermedad infecciosa que hace más de 50 años que tiene cura, la mortalidad registrada a nivel mundial por tuberculosis es inaceptable ya que la mayoría de estas muertes son prevenibles siempre y cuando se acompañe de un correcto diagnóstico y un adecuado tratamiento.
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