..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad
En los últimos años los pacientes han hecho un importante esfuerzo en su formación. Las administraciones y los profesionales sanitarios han hecho un importante esfuerzo para que se corresponsabilicen de su enfermedad. Es la respuesta a un problema que viene de antiguo: la falta de adherencia al tratamiento y al seguimiento de las indicaciones de salud del médico.
El profesional sanitario se ha involucrado de manera consciente en esta tarea. Un paciente informado, formado y responsable solventará mejor sus problemas de salud y supondrá un ahorro para nuestro tensionado sistema sanitario en nuevos medicamentos, consultas, ingresos hospitalarios, cirugías evitables…
Un paciente informado, formado y responsable solventará mejor sus problemas de salud y supondrá un ahorro para nuestro tensionado sistema sanitario
Las decisiones deben ser compartidas. El médico debe orientar al paciente sobre cuáles son las mejores opciones y adoptar medidas conjuntas con las que ambos se sientan seguros y cómodos. Pero esto no significa que un paciente pueda exigirle a su médico la retirada de un tratamiento para iniciar otro que le pueda parecer más adecuada. Es en en parte lo que ha ocurrido estos días con el padre de un paciente que ha acudido a los tribunales para que le administraran a su hijo un producto homeopático en sustitución de los medicamentos que estaba consumiendo en un hospital madrileño.
La formación del paciente ha dado lugar una mayor demanda de información. Internet, los medios de comunicación y las redes sociales han acudido a esta petición. Salud es una de las palabras más buscadas, sino la que más, en la red. Pero en multitud de ocasiones la respuesta a esta demanda no se ha hecho de manera correcta. La promoción de productos homeopáticos o no sin evidencia científicas, promesas de medicamentos sin efectos secundarios, imposiciones de manos, alimentos con propiedades milagrosas… El paciente debe seleccionar la información adecuada. Para ello necesita el apoyo de las administraciones, de las asociaciones de pacientes y los propios médicos.
Están haciendo un trabajo excelente, pero es complicado pelear contra tanto bulo como se puede leer en la red. Hemos llegado a un punto en el que en el que el médico no solo debe prescribir medicamentos sino también páginas webs con el fin de colmar las demandas de información de los pacientes y evitar que recurran en la red a páginas en las que la evidencia científica brilla por su ausencia.