..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
Los hepatólogos aprovecharon su congreso anual la semana pasada para dar la voz de alarma sobre un tema grave. Los pacientes españoles con cáncer de hígado avanzado no disponen de los mismos tratamientos que sus vecinos europeos.
Conscientes de su responsabilidad, los especialistas evitaron dar nombres de medicamentos para que no se les pueda acusar de estar alineados con los intereses de las casas comerciales. Estos fármacos se encuentra ya aprobados en cáncer de hígado avanzado, pero el Ministerio de Sanidad ha rechazado en algún caso la fijación de precio y otros continúa en proceso de negociación. Algunos de estos tratamientos se encuentran aprobados en España pero para otros tumores.
Los especialistas evitaron dar nombres de medicamentos para que no se les pueda acusar de estar alineados con los intereses de las casas comerciales
Se da así una doble inequidad. Por un lado, con Europa que ya dispone de estas terapias; por otro, con otros pacientes españoles que sufren otro tipo de tumores. Precisamente su utilización en otros casos de cáncer ha abierto una puerta a especialistas y pacientes. Una serie de comunidades autónomas está permitiendo de manera excepcional su utilización por uso compasivo. No obstante, la solicitud requiere tiempo. Son procedimiento prolongados y es precisamente lo que le falta a estos pacientes.
Los gestores pueden caer en la tentación de pensar que estos fármacos no prolongan de manera significativa la vida de las personas afectadas. SE estima que con los tratamientos actuales, la esparanza de vida varía de los seis a los nueve meses. Con los nuevos fármacos, estamos hablando de nueve a 12 meses. En los tiempos que corren, en que la ciencia avanza de una manera tan rápida, se trata de una diferencia temporal nada desdeñable.
Una serie de comunidades autónomas está permitiendo de manera excepcional su utilización por uso compasivo
La negación de estos tratamientos va en contra de una de las pocas noticias positivas en sanidad que nos ha dejado la legislatura: el pacto en medicina genómica alcanzado en el Senado. Es uno de los escasos ejemplos de acuerdo entre los grandes partidos en materia sanitaria. Sin embargo, el pacto nace con una tara importante, necesita financiación presupuestaria precisamente para ofrecer un diagnóstico más certero y un tratamiento más individualizado. Un tratamiento individualizado que se le está negando en parte a los pacientes con cáncer de hígado avanzado, por ejemplo. Si no cuenta con fondos suficientes, el plan de medicina genómica está condenado a convertirse en una mera declaración de buenas intenciones y a morir.
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