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El manejo de fármacos opioides para tratar el dolor en pacientes oncológicos resulta más efectivo para los oncólogos. Así lo comentaron durante una de las mesas que desarrolló Grünenthal Pharma en el marco del III Congreso Nacional de Dolor y Cáncer, organizado recientemente por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y Clínica (SEOC) y que contó con el apoyo de la Asociación Andaluza del Tratamiento del Dolor y Asistencia Continuada.
Hasta un 60% de estos pacientes presentan dolor durante el tratamiento, aunque el 50% indica que no se prioriza la calidad de vida en sus planes de control de la patología. Por ello, la analgesia basada en opioides logra una reducción significativa del impacto del dolor moderado a intenso en la calidad de vida de los pacientes, disminuyendo la intensidad del mismo.
El 50% de pacientes oncológicos indica que no se prioriza la calidad de vida en sus planes de control de la patología
El doctor Jorge Conteras, vicepresidente de SEOR y oncólogo radioterápico del Hospital Regional Universitario Carlos Haya de Málaga, explicó que se deben adecuar las distintas opciones farmacológicas a las circunstancias médicas. Desde el punto de vista clínico, comprender la complejidad de la farmacología de los opioides ayuda a diseñar estrategias de tratamiento para el dolor más eficaces y seguras. “Los mecanismos de acción son múltiples y diferentes en función de la molécula opioide que se emplee, desde aquellos con bloqueo de receptores específicos, pasando por los nuevos fármacos con un mecanismo de actuación dual”, aclaró el oncólogo.
Combinación con diferentes formas de liberación
Por otro lado, en ocasiones se dan diversas situaciones clínicas que, por las características del dolor, “hay que usar una combinación de opioides, a veces incluso del mismo grupo farmacológico con diferentes formas de liberación. Un ejemplo de ello son los fármacos de liberación retardada para el dolor crónico y el de liberación inmediata para el dolor irruptivo”, apuntó el Dr. Contreras.
Dr. Contreras: “Hay que usar una combinación de opioides, a veces incluso del mismo grupo farmacológico con diferentes formas de liberación, como los fármacos de liberación retardada para el dolor crónico”
Este método obliga al profesional sanitario a realizar una evaluación rigurosa del paciente con respecto a su dolor, los efectos adversos, comorbilidades y tratamientos concomitantes, así como de una estrecha motorización, donde se valore tanto la eficacia analgésica como la presencia de efectos adversos. De esta forma se conseguirán reducir las consecuencias de estos fármacos, al ser necesarias dosis menores para alcanzar el efecto analgésico requerido.
La posible adicción que se cree pueden generar los opioides es un asunto que preocupa bastante a los expertos que los utilizan para tratar el dolor oncológico. En este sentido, el Dr. Contreras aclaró que “en España es bastante improbable que se repita la situación que se da en países anglosajones como Estados Unidos, ya que nuestro Sistema Nacional de Salud es diferente. En nuestro país existen unos controles y protocolos sobre los medicamentos, tanto en la indicación como en su posterior retirada, que establecen distintas barreras para impedir que se produzcan abusos”.