..Emilio Ramírez.
..Cristina Cebrián. (Fotografías y vídeo)
Julián García Vargas, ex ministro de Sanidad en la época de Felipe González y el que más tiempo ha estado al frente de este Ministerio habla en iSanidad de la calidad del sistema sanitario español. Si el 5,8% del PIB se destina a sanidad, serían necesario alrededor de 6.000 millones para mantener las prestaciones. Este reto será uno de los principales que deberá afrontar el próximo gobierno.
¿Qué reformas debería emprender el próximo Gobierno que salga de las elecciones?
De manera inmediata las prioridades absolutas para que el sistema siga funcionando es mantener el plan de pago a proveedores; segundo plantearse la financiación de nuevos medicamentos, y en tercer lugar elaborar un plan de renovación de tecnología de diagnóstico y tratamiento, porque la tecnología no se ha renovado en estos años de crisis, y se está recurriendo a la concertación con el sector privado.
Julían García Vargas: “Aunque el Ministerio es la la cabeza aparente, no tiene medios para ejercer el liderazgo y se ha debilitado mucho en los últimos años”
Sería conveniente plantearse la gobernanza con el sistema, y es que el sistema no tiene una cabeza visible, aunque el Ministerio es la cabeza aparente, no tiene medios para ejercer el liderazgo y se ha debilitado mucho en los últimos años. Habría que empezar por potenciar el Ministerio como líder intelectual del sistema, y para eso tenemos el Instituto de Salud Carlos III que tiene un papel de apoyo al Sistema Nacional de Salud.
Se debería hacer también una mínima legislación federal en prestación de salud pública que garantice los contenidos comunes en todos los territorios, porque ahora hay mucha diferencia de prestaciones según donde te toque vivir, esto significaría el desarrollo de la legislación básica del Ministerio de Sanidad. Todo esto nos conduce a intentar hacer el Consejo Interterritorial más operativo con decisiones que se adopten por mayoría cualificada, porque el Consejo Interterritorial después de 30 años carece de un reglamento interno que las Comunidades Autónomas están bloqueando.
García Vargas: “El sistema sanitario español se compone de un Sistema Nacional de Salud y de una parte privada complementaria muy importante que hasta ahora no se ha consolidado bien”
De la parte privada también hay que ocuparse, y es que el sistema sanitario español se compone de un Sistema Nacional de Salud y de una parte privada complementaria muy importante que hasta ahora no se ha consolidado bien como parte de este concepto integrado del sistema. Luego se debería reducir las diferencias de acceso, calidad y de seguridad según los territorios, y para eso tenemos ya las bases, como el atlas de variabilidad de la práctica médica y el proyecto recall de las Sociedades Científicas. Estos proyectos se tendrían que convertir en algo más oficial del propio Ministerio de Sanidad sin que pierda la autonomía.
¿Cómo se le puede dotar al Ministerio de liderazgo?
El líder tiene que tener los medios, y los medios no los tiene muy claros porque la Ley de Sanidad habla de legislación básica, pero la legislación básica que yo intenté abordar como ministro de Sanidad no es nada sencilla, y además las Comunidades Autónomas más potentes resistieron entonces y resistirán ahora a que el Ministerio adquiera mayor competencia. El Ministerio además tiene que hacer un esfuerzo de liderazgo intelectual y por eso tiene dos organismos que potenciar, que son el Instituto de Salud Carlos III y la Escuela Nacional de Sanidad, que deberían ser los organismos de reflexión sobre el futuro del sistema en su conjunto, incluyendo la parte privada, no solamente la parte pública.
“Madrid y Cataluña tienen una parte de asistencia privada muy potente que les permite gastar un poco menos en salud con presupuesto público de lo que le correspondería en un principio”
El debate de la financiación sanitaria se ha quedado estancado y tendrá que abordarse en la siguiente legislatura. Siempre se está hablando de una financiación finalista ¿es esta una de las soluciones?
La financiación finalista no es posible porque la legislación española le da la a las Comunidades Autónomas perfecta autonomía para dedicar los recursos que el Estado les cede donde más les convenga y sus ciudadanos determinen, por lo tanto la legislación finalista puede ser si se establece unos mínimos de contenido de prestaciones, pero no puede determinarse que un porcentaje fijo de los recursos que tienen las Comunidades Autónomas van a ir a sanidad porque ahora hay diferencias notables.
Por ejemplo, Asturias y Aragón dedican el 38% de su presupuesto a sanidad, Cataluña el 22%, Madrid el 29 o 30%, datos que dependen también de la composición que tengan en asistencia, porque Madrid y Cataluña tienen una parte de asistencia privada muy potente que les permite gastar un poco menos en salud con presupuesto público de lo que le correspondería en un principio, pero pueden permitírselo porque se lo cubren con las pólizas privadas.
Lo importante sería reforzar la presión fiscal hasta llegar a la media de la Unión Europea, con lo cual tendríamos para cubrir la sanidad y otros servicios
¿Puede financiarse la sanidad con el 5,8% del PIB en un contexto de ralentización económica como el actual?
Yo creo que es imposible mantener la calidad tal como la tenemos planteada hasta ahora, porque la rebaja que ha habido de casi un punto, un 0,8% del PIB se ha cubierto en la mitad con un incremento del gasto privado, pero le sigue faltando un 0,5% más o menos del PIB, que son unos 5.000 o 6.000 millones de euros, eso es imprescindible para mantener la calidad de las prestaciones.
¿Cómo impacta en las políticas sanitarias que el gasto público alcance el 42% del PIB?
El gasto público no es el concepto, es la presión fiscal, porque allí está en el gasto público contenido el déficit. Pero el déficit lo tenemos que disminuir según algunos acuerdos con la Unión Europea. Tenemos que disminuir al 2%, por lo que lo importante es la presión fiscal. En España es eficiente, ya que tenemos el 38% frente al 40,2% de la Unión Europea. Lo importante sería reforzar la presión fiscal hasta llegar a la media de la Unión Europea, con lo cual tendríamos para cubrir la sanidad y otros servicios. Hablar de otros servicios quiere decir que sanidad compite con pensiones, pero también con educación y la asistencia social.
“No es correcto que no teniendo dinero para sanidad, para un acceso en igualdad de condiciones, las Comunidades Autónomas estén reduciendo ingresos como en el impuesto de sucesiones“
¿Cómo podemos afrontar la falta de equidad?
La falta de equidad viene de la falta de equidad en el gasto. El gasto se mantiene en 500 euros per cápita entre el que más gasta y menos gasta.
Desde el 2009 al 2019 la diferencia entre el País Vasco y comunidad que menos gasta sigue siendo de 500 euros. Ahora son 1800 frente a los 1180 que gasta Andalucía. Eso de momento no se traduce en una diferencia de morbilidad y mortalidad, pero si en unas diferencias de acceso y de calidad de las prestaciones.
Se tendría que abordar de manera decidida porque no es justo que haya esas diferencias entre territorios. No creo que sea posible establecer una igualdad perfecta, pero si reducirlo, porque no se puede alcanzar el 50%. De manera que habría que establecer un fondo de cohesión más potente. Establecer un contenido mínimo de prestaciones y de calidad, y obligar a las Comunidades Autónomas a no renunciar a ingresos. Por ejemplo no es correcto que no teniendo dinero para sanidad, para un acceso en igualdad de condiciones, las Comunidades Autónomas estén reduciendo ingresos como en el impuesto de sucesiones. Esto no es razonable mirando lo que está ocurriendo en la Unión Europea.
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