..Juan Pablo Ramírez.
El número de pacientes diagnosticados de VIH se mantiene estable en España. Aproximadamente se producen 4.000 nuevos casos al año, una tasa que nos sitúa muy por encima de los países de nuestro entorno. Muchos de ellos han iniciado ya estrategias de diagnóstico cero. Una de las medidas pasa por el diagnóstico precoz. El Dr. José Ramón Arribas, jefe de la Unidad de Infecciosas del Hospital La Paz, considera necesaria una estrategia de diagnóstico más proactiva.
¿Es superior la tasa de contagios en España que en los países de nuestro entorno?
En España hay 4.000 diagnósticos nuevos al año. Esa cifra no ha disminuido sensiblemente en los últimos años. Es muy parecida a la qye hemos tenido en los últimos ocho años. El número de nuevos casos en nuestro país en comparación con el volumen de población es superior al de Europa occidental. Tenemos que aspirar a tener menos casos. Siguen siendo demasiados. Comparativamente con nuestros vecinos de Francia, Italia o Alemania son más.
¿Qué experiencia podemos aprender como el programa Getting to Zero en San Francisco o de los que se están desarrollando en Australia?
Nos da envidia sana alguna de estas ciudades. Tienen una aproximación para aspirar a no tener nuevos casos. Con el sistema sanitario y los hospitales que tenemos, sería deseable en ciudades como Madrid plantearse que no haya nuevas infecciones. Eso requiere un liderazgo enorme de las administraciones, el compromiso de los médicos, campañas de difusión sobre prevención sexual, la profilaxis preexposición (PreEP) y tratar a todos los pacientes diagnosticados. Eso es lo que está intentando San Francisco. Es un programa muy proactivo que con mucha energía intenta utilizar todas las medidas eficaces para eliminar el número de nuevos pacientes diagnosticados de VIH.
El programa de San Francisco es muy proactivo e intenta utilizar todas las medidas eficaces para eliminar el número de nuevos pacientes diagnosticados de VIH
Es necesario salir de los hospitales para diagnosticar a los pacientes ocultos, ¿pero cuál es el problema? ¿Hay una falta de voluntad o de financiación?
Cuando diagnosticamos a un paciente, vemos que un 50% ha tenido contacto con el sistema sanitario antes. Son oportunidades perdidas. Hay que recordar a los médicos la necesidad de pedir la prueba del VIH con más frecuencia. Hay pacientes que han tenido enfermedades que eran sugerentes. Además hay que insistir con campañas en medios para recordar que es una prueba sencilla y normalizarla. Siempre tenemos mucho que ganar cuando lo diagnosticamos lo antes posible. Es verdad que no le podemos curar pero puede llevar una vida normal a todos los aspectos.
Los tratamientos han avanzado de manera significativa y podemos controlar la enfermedad. ¿Cuáles son los retos de futuro?
Por un lado, la vacuna. Por otro, tratamientos con menor toxicidad a largo plazo. Tenemos una población cada vez más envejecida, contamos con fármacos muy seguros, pero los ensayos clínicos cubren periodos de dos a tres años. Los pacientes van a tomar el medicamento de por vida. Tenemos que hacer un gran escrutinio para identificar los tratamientos con menor toxicidad posible.
Un estudio del Dr. Tae-Wook Chun hablaba de suspensión de tratamiento en periodos cortos, ¿puede servir para reducir la toxicidad?
No se recomienda a los pacientes parar el tratamiento. Se utilizar dentro de estudios de curación del VIH. Es la única manera de comprobar si una intervención ha funcionado es suspender el tratamiento antirretroviral. Solo en el contexto de estuidios de curación. Al paciente en tratamiento no se le recomienda en absoluto. Es mucho peor dejar el vacaciones que continuarlo.
Tenemos que hacer un gran escrutinio para identificar los tratamientos con menor toxicidad posible
¿En qué situación se encuentra el estudio de la vacuna?
Es el estudio Aelix 003. Se trata de una colaboración entre las compañías Aelix y Gilead. Va a reclutar 90 personas con VIH que recibieron el tratamiento de forma muy precoz. Un grupo va a recibir la vacuna terapéutica y un estimulante del sistema inmune, un agonista del TLR7. Además mantienen el tratamiento antirretroviral. Al cabo de un año, suspenden el tratamiento antiretroviral durante 24 semanas para ver si esta estimulación del sistema inmune permite controlar la infección sin el medicamento. Se va a hacer en 90 personas y en 10 centros en toda España.
¿En qué fase nos encontramos?
Es una fase dos. El objetivo fundamental es comprobar la seguridad de la vacuna y de este medicamento del sistema inmune. Pero también vamos a ver datos de eficacia con la interrupción del tratamiento.
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