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Alrededor del 86% de los pacientes con cáncer avanzado sufre dolor. Esta realidad contrasta con la existencia de tratamientos que ayudan a controlar el dolor oncológico en el 95% de los casos. Es una de las conclusiones del Curso Cáncer y Dolor, organizado por Grünenthal con el aval científico de la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR) y la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). El Dr. Jaime Feliu Batlle, profesor titular de Medicina de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), jefe de Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz (Madrid) y director del curso, subrayó que actualmente existen fármacos muy eficaces para conseguir un buen control del dolor. “Hay que saber seleccionar el más adecuado en función del paciente, el tipo de dolor y el perfil de toxicidad”.
El especialista advirtió de que todavía existe un pequeño porcentaje de casos en los cuales no se consigue un control adecuado del dolor. Se dan casos también de personas que no toleran bien la medicación. Para ellos, es necesario seguir investigando y desarrollar nuevos fármacos, afirmó el Dr. Jaime Feliu Batlle. Los avances que se están produciendo en el conocimiento de la fisiopatología del dolor están permitiendo conocer mejor las bases de la transmisión y, sobre todo, los mecanismos implicados en su cronificación. “Se están identificando dianas que podrán dar lugar a fármacos para el dolor neuropático en neuronas y células gliales”, señaló.
En el abordaje del dolor oncológico, el experto destacó que resulta clave personalizar el tratamiento
El Dr. Feliu explicó que se está intentando potenciar la analgesia endógena, que puede estar inhibida en el dolor crónico. El objetivo es aumentar la afinidad de las endorfinas por su propio receptor. De esta manera se potencian los mecanismos analgésicos del organismo, con una menor incidencia de efectos secundarios. El especialista confía además en que los avances en farmacogenómica permitan desarrollar nuevos abordajes en el manejo del dolor crónico.
En el abordaje del dolor oncológico, el experto destacó que resulta clave personalizar el tratamiento en función de las características del paciente, el tipo de dolor y su intensidad. “No es lo mismo el abordaje de un dolor neuropático que el de uno somático, ni el de un dolor de intensidad leve que aquel de intensidad moderada o severa”, declaró.
También ha recordado la importancia de tener en cuenta la causa del dolor, las enfermedades asociadas, el componente emocional, etc. “Por lo tanto, tenemos que diseñar una estrategia personalizada adaptada a cada paciente y a cada dolor”, añadió. En un paciente con cáncer y dolor los opioides deben utilizarse siempre que se consideren necesarios para aliviar el dolor. Especificó que no se deben reservar na situaciones extremas, porque el paciente puede estar sufriendo innecesariamente.