..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad
Hace poco hablaba con una amiga sobre un conocido común, que se dedica a la ciencia. Le acaban de hacer un contrato indefinido en uno de los grandes centros de investigación de nuestro país. Esta persona cuenta con un doctorado, ha realizado parte de su carrera fuera de España y habla con fluidez varios idiomas. Pero su salario no supera los 1.500 euros al mes. El dato pone en evidencia una vez más que para nuestros políticos eso de la I+D+i no es ninguna prioridad. A comienzos de la semana pasada, COSCE celebró un debate sobre ciencia con los representantes de los principales grupos políticos en el Congreso de los Diputados. A los asistentes les sorprendió el buen tono. Alguna pulla pero dentro de un clima constructivo. Todos estaban de acuerdo en la necesidad de firmar un Pacto por la Ciencia.
Pero el Congreso de los Diputados es otro cantar. La posibilidad real de un acuerdo hoy en la cámara baja parece imposible. Y entonces me surge la duda. ¿Por qué los partidos políticos coinciden en las grandes líneas y no son capaces de llegar a un Pacto por la Ciencia? Una respuesta puede ser el mero postureo, la necesidad de dar una imagen de responsabilidad de cara a la galería. Otra que me parece más realista es que las diferencias políticas en otras materias ya sea Cataluña, inmigración, feminismo, la corrupción, la política de Interior y las cloacas del Estado, entre otros asuntos han terminado por enfangarlo todo.
¿Por qué los partidos políticos coinciden en las grandes líneas y no son capaces de llegar a un Pacto por la Ciencia?
Las principales perjudicadas son la sanidad y la ciencia. Por este motivo, resultan tan importantes ambos pactos, para que ambas queden fuera por fin fuera del debate político. Sólo así podremos dibujar una senda que deberá seguir cualquier Gobierno, sea del signo que sea, independientemente de las luchas políticas o de los ciclos económicos. Pero es necesario marcar el camino ya no solo para alcanzar el 2% del PIB, sino para superarlo, como corresponde a una de las grandes economías de la UE.
Existía también consenso sobre la necesidad de dotar con mayor financiación al sistema científico español. En la actualidad, la I+D+i solo representa el 1,2% del Producto Interior Bruto. La cifra nos aleja de la Unión Europea, cuya media asciende al 2%. Precisamente el Gobierno de Mariano Rajoy se marcó el reto de alcanzar este porcentaje cuando accedió a La Moncloa. No solo no se ha cumplido ese objetivo, sino que nos hemos alejado de Europa. La reacción de otros países como Alemania, Francia o Reino Unido ha sido bien diferente. Entendieron que la inversión en ciencia era el camino más corto para salir de la crisis. En cambio en España, el año pasado el gasto en ciencia creció por primera vez en siete años, pero solo lo hizo una décima. Las cifras hablan por sí solas.
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