..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
El Gobierno ha impuesto una política de personal que es del pasado. Controlar la jornada laboral podría ser interesante para la gestión de las horas extras, pero para poco más. Supone igualar el tiempo del que trabaja bien con el que lo hace menos bien, es igualar por abajo. No hay ninguna motivación positiva en la medida.
Las organizaciones del futuro están ligadas a los entornos de trabajo positivos. La flexibilidad y premiar el esfuerzo y los resultados generan beneficios positivos. El control y la rigidez no ayuda la personalización del puesto de trabajo.
El control horario es igualar por abajo y no mejora el sistema sanitario
Mérito, capacidad, resultados, opiniones… hay muchas otras medidas que ayudan a potenciar a los buenos trabajadores. El control horario, sin embargo, es igualar por abajo. En todos los hospitales y centros de salud hay personal que hace horas de más y horas de menos. Lo que mejorará el sistema será premiar a los buenos trabajadores no a los que cumplen el horario.
Los pacientes quieren buenos profesionales. La identidad digital se está convirtiendo en clave. Las opiniones de los pacientes sí son cada vez más importantes, eso sí es una práctica que habría que potenciar. Ningún paciente elegirá a un médico o a cualquier otro profesional por el hecho de cumplir su horario diariamente.
Mérito, capacidad, resultados, opiniones… hay muchas otras medidas que ayudan a potenciar a los buenos trabajadores
La obligatoriedad de llevar un registro diario de jornada laboral de todos los empleados es un problema importante de organización. De hecho, el control horario en sanidad acabará quitándose. La salud no es una fábrica de tornillos o un puesto comercial que se mida por horas. Eso sí, es la forma más fácil de controlar al personal, también la más injusta.