..Cristina Cebrián.
La búsqueda de valor en cualquier organización es clave para lograr el éxito y, en el ámbito sanitario, también. Para generar valor en sanidad la humanización y contar con los recursos adecuados resultan imprescindibles. Así lo cree la Dra. Paloma Casado, experta en Gestión Sanitaria, Calidad e Innovación; y miembro del Comité Científico de la Fundación Economía y Salud.
Además, la Dra. Casado explica también por qué el término de humanización está directamente relacionado con la generación de valor. De hecho, humanizar va mucho más allá de lograr el máximo confort para los pacientes. Se trata de tener en cuenta la experiencia del paciente y los resultados que ofrece.
¿Qué hace falta para tener buenos resultados en la gestión sanitaria?
Antes que hablar de buenos resultados tenemos que hablar de un concepto más amplio, que es la generación de valor. Desarrollar una asistencia sanitaria basada en valor no solamente persigue tener buenos resultados sino también tener esos resultados con los recursos adecuados para ello. De esta manera, cambiamos el paradigma de lo que es la eficiencia y buscamos unos mejores resultados positivos.
Humanización es mucho más que tener respeto y ponerse en el lugar del otro. Es orientar precisamente hacia el valor las actuaciones que realizamos
También se disminuyen los resultados negativos como eventos adversos en intervenciones que no generan valor. Por tanto, se incorpora el valor en los resultados que más aprecian los pacientes y también en los resultados de los profesionales. Todo ello, teniendo en cuenta que los recursos siempre son limitados. Por lo tanto, se deben utilizar los recursos adecuados para obtener esos resultados.
¿Existe alguna relación entre innovación, valor y humanización?
Por supuesto. El término de valor es amplio, pero también lo es el término de resultados. Estamos acostumbrados a evaluar resultados en el ámbito científico-técnico, resultados cuantitativos. Sin embargo, también valoramos resultados en salud.
Muchas veces se nos olvida que los resultados negativos también influyen en el valor. Por ello, para disminuir esos resultados negativos, es necesario hacer las cosas de una manera distinta. Así como introducir cambios organizacionales, que constituyen parte de la innovación. Entonces, la relación entre innovación y valor es directa, siempre que la innovación obedezca a una necesidad no cubierta. También que parta de las personas que detectan esa necesidad, bien por parte de los profesionales o bien por parte de los pacientes o del sistema sanitario.
Esa experiencia del paciente y esos resultados de humanización nos deben ayudar a hacer una verdadera re ingeniería del proceso, modificarlo e introducir innovaciones
Por otra parte, la relación con la humanización también es directa. Muchas veces hablamos de humanizar en términos puramente logísticos. Por ejemplo, que haya confort en las habitaciones o que se trate adecuadamente al paciente. Todo esto es esencial entre los profesionales sanitarios. Pero humanización es mucho más que tener respeto y ponerse en el lugar del otro. Es orientar precisamente hacia el valor las actuaciones que realizamos. Siempre teniendo en cuenta los resultados que no solamente valoramos nosotros, sino los resultados que valoran los pacientes. En definitiva, resultados en salud.
Sobre esto existen muchas iniciativas internacionales a la hora de detectar estos resultados que ofrecen los propios pacientes. Así, el paciente valora la supervivencia, resultados relacionados con su calidad de vida.
Esto es humanización. Y también lo es el tener en cuenta los resultados de la propia experiencia del paciente. Sobre cómo se siente en cada una de las fases que va atravesando en su proceso asistencial.
Esa experiencia del paciente y esos resultados nos deben ayudar a hacer una verdadera re ingeniería del proceso, modificarlo e introducir innovaciones. Esto es realmente lo que tiene que liderar la innovación, el perseguir el valor. En el momento que pongamos a todos los agentes alineados en la consecución del valor, todo lo demás viene detrás.
Las acreditaciones de calidad no dejan de ser una herramienta más que utilizamos para conseguir los mejores resultados
¿Cómo ayuda tener certificados de calidad en el trabajo diario?
Cualquier tipo de certificación o acreditación no deja de ser una herramienta que ayuda a la gestión. Sin embargo, tiene que estar adaptada a la propia idiosincrasia de la organización que la adopta. No es un fin en si mismo. El fin es la generación de valor. Si para ello utilizamos herramientas de certificación, mucho mejor. Aunque puede que ni siquiera necesitemos esas herramientas. Por tanto, las acreditaciones de calidad no dejan de ser una herramienta más que utilizamos para conseguir los mejores resultados para el ciudadano.
¿A qué retos se enfrenta el ámbito de la gestión?
El reto es conseguir cambiar ese paradigma de la eficiencia en el que nos movemos y encaminarnos hacia el paradigma de la generación de valor. No estamos hablando de hacer más con menos, ni de utilizar pocos recursos, ni de ahorrar. Ni siquiera estamos hablando solo de ser eficientes. Se trata de generar más valor, de obtener mejores resultados y utilizar los recursos apropiados para ello.
Aunque no siempre son más. Muchas veces medimos la eficiencia sanitaria en términos cuantitativos. De hecho, el paradigma de la eficiencia mide la cantidad de cosas que hacemos con los recursos que tenemos.
Hay que virar de ese paradigma de la eficiencia a incluso hacer menos cosas. Los términos cuantitativos ya han pasado al denominador de la ecuación del valor. Ya no es hacer mucho con menos dotación económica sino incluso hacer menos porque obtenemos mejores resultados.
Los pacientes son, tienen que ser y serán un elemento indispensable en la generación de valor, porque ellos definen el resultado
¿Y con respecto a los pacientes?
Los pacientes son, tienen que ser y serán un elemento indispensable en la generación de valor, porque ellos definen el resultado. Y el resultado es el numerador en la ecuación del valor. Por lo tanto, el resultado ya hemos dejado de definirlo los profesionales. Ahora lo definen y lo tienen que hacer los pacientes. No solo definirlo sino también saben que están trabajando para conseguirlo.
Por ello, otra vez volvemos al valor y volvemos al resultado. Este no solo se consigue con las actuaciones sanitarias sino también con actuaciones que realizan los propios pacientes. Por ejemplo, en cuanto al seguimiento de estilos de vida saludables y también con la adherencia terapéutica.