Aunque son seguros, el exceso de frío del aire acondicionado puede originar crisis en enfermedades respiratorias crónicas

.Redacción..
El uso del aire acondicionado es un arma de doble filo; por un lado es efectiva para crear una temperatura agradable y disminuir la mortalidad por golpe de calor. Sin embargo, al mismo tiempo es frecuente que no se use de un modo adecuado; pudiendo tener consecuencias negativas en el cuerpo humano.

El Dr. Sergio Salgado Aranda, neumólogo y vocal de Grupos de Trabajo y miembro del grupo de EPOC de Neumomadrid destaca la importancia de prestar atención a la temperatura, humedad y mantenimiento de este dispositivo universal.

Entre los principales problemas destaca el exceso de frío, el cual puede originar congestión nasal, incremento de producción mucosa, dolor de garganta, tos y sensación desagradable al respirar (disnea). Además, en los casos más graves como sucede en personas con enfermedades respiratorias, como rinitis crónica, asma y epoc,  pueden desencadenar una crisis grave de estas patologías.

La pregunta del millón, ¿cuál es la temperatura ideal? el experto parte de la base de que si el aire es muy frío presenta menos humedad, de tal modo que se produce sequedad en las mucosas, piel y hasta en los ojos. Ante estos motivos, este experto aconseja que se los espacios que se climatizan estén a unas temperaturas entre 24 y 28 grados, evitando de esta forma que el cambio en relación a la temperatura del exterior sea mayor de 4 a 6 grados.

Precauciones a tener en cuenta con el aire acondicionado

Para poder entender las consecuencias de una mala climatización hay que observar de qué manera se adapta el cuerpo a los cambios de temperatura. En este sentido explica el especialista que “para soportar el calor se ponen en marcha varios mecanismos. Entre ellos el sudor, que absorbe calor de la piel, enfriándola. También se enlentece el metabolismo; por eso es más fácil que nos cansemos y tengamos sueño si hace mucho calor; aumenta la sed para reponer el líquido perdido, y se dilatan los vasos de piernas y brazos”.

Según ha expuesto el neumólogo, se debe prestar atención al cuidado del aire acondicionado. De no ser así, “si no se realiza el mantenimiento recomendado puede producirse el crecimiento de bacterias como la Legionella; micobacterias atípicas y hongos como el Aspergillus. Las colonias de estos gérmenes son aerosolizadas desde los aparatos de aire acondicionado. Al ser inhalado producen enfermedades, especialmente en personas con problemas inmunológicos”, añade. Por ello recomienda realizar la limpieza bianual de los filtros.

En relación a las medidas de prevención, hace especial atención en los espacios reducidos. Aquí los cambios se producen en menos tiempo. Tal y cómo explica, “cuando vamos en coche debemos evitar el descenso excesivo de temperatura y, sobretodo, no dirigir el flujo del aire directamente a las zonas del cuerpo no cubiertas, como la cara”.

“Sí que existe evidencia de la reducción de mortalidad que supone el uso de aire acondicionado en las olas de calor”

A pesar de las precauciones a mantener, el doctor Salgado ha hecho hincapié en que “no existen estudios que evalúen el impacto del frío cuando es producido por aire acondicionado. Por el contrario, sí que existe evidencia de la reducción de mortalidad que supone el uso de aire acondicionado en las olas de calor”.

Finalmente, recomienda decantarse por sistemas que utilicen el aire ambiental, sin que sea modificado. Como es el caso de los ventiladores. Entre sus ventajas destaca que no reduce considerablemente la temperatura respecto a la temperatura externa; tampoco baja la humedad del ambiente. De tal modo que se evita el riesgo de irritación de las vías respiratorias altas.

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