La falta de profesores pone en riesgo la docencia. Dr. Juan Antonio Vargas

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..Dr. Juan Antonio Vargas. Decano de Medicina de la UAM. Jefe de Sección de Medicina Interna y Jefe de Estudios del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Majadahonda.
Las facultades de Medicina españolas han llevado a cabo, en el último decenio, la implantación del nuevo grado en Medicina. Con ello, se han desarrollado nuevos planes de estudios que han supuesto una mayor dedicación docente. Sin embargo, aunque el número de horas exigidas al profesorado ha aumentado de forma muy significativa, actualmente nos encontramos con un gravísimo problema de falta de docentes.

La tasa de reposición y los cambios en los sistemas de los últimos años han sido los causantes. Esta situación está poniendo en riesgo la docencia para las nuevas generaciones de profesionales médicos. De hecho, este déficit está comenzando a preocupar a las instituciones académicas, quienes han solicitado un plan de medidas para incentivar la incorporación de nuevos docentes a las aulas.

Nos encontramos ante un gravísimo problema de falta de profesorado en las facultades de Medicina que pone en riesgo la docencia para las nuevas generaciones

Es preciso recalcar que la carrera docente de un médico se debe iniciar durante la residencia, colaborando en la formación práctica de los estudiantes de Medicina. También es muy conveniente realizar un trabajo de investigación que permita inscribirse a un programa de doctorado. Tras finalizar la residencia, el profesional probablemente consiga un contrato eventual o interino en un hospital universitario. Así podrá obtener el grado de doctor al inicio de este período, conjuntamente con las publicaciones derivadas de la misma. Esta situación le permitirá al profesional continuar con las tareas docentes, tanto teóricas como prácticas, a través de las figuras de profesor honorario o de profesor asociado de Ciencias de la Salud.

Toda esta experiencia acumulada debería capacitar al médico joven para presentarse a la acreditación a la figura de profesor contratado doctor (PCD). Y de esta forma, iniciar la carrera académica como profesor permanente manteniendo la triple función: asistencial, docente e investigadora. Sin embargo, en el momento actual, un profesional de la Medicina de la mayoría de las CC.AA. no tiene esta opción. Lo habitual es que se mantenga en la figura de profesor asociado hasta aproximadamente los 50 años. Cuando, con suerte, haya podido obtener los méritos suficientes para conseguir la acreditación a profesor titular.

Este camino actual provoca que muchos profesionales se olviden de la carrera docente al considerarla una meta casi imposible

Este camino actual provoca que muchos profesionales se olviden de la carrera docente al considerarla una meta casi imposible. Salvo que se tenga una trayectoria investigadora de alto nivel. Esta situación se debe revertir con la figura del PCD vinculado, en la que se primen más los méritos docentes y asistenciales. Porque la esencia del profesor vinculado es su compromiso con la asistencia y su capacidad para enseñar a los estudiantes aquello que realiza a diario.

Resulta de fundamental importancia reconocer la figura de PCD con plaza vinculada tal y como prevé el art. 105 de la Ley General de Sanidad tras la redacción dada a la misma por la por la Ley 4/2007, de modificación de la Ley Orgánica de Universidades. A estos efectos, el profesor contratado doctor debería tener la misma jornada laboral y retribuciones básicas que el profesorado titular con plaza vinculada, conforme lo previsto en el convenio colectivo aplicable. Eso conlleva que las funciones, distribución horaria a las instituciones y retribuciones son las mismas que para el profesor titular vinculado.

Es necesario incentivar esta figura con actuaciones conjuntas entre la Conferencia de Rectores y los Ministerios de Sanidad y Educación

Se debe subrayar que los requisitos de acreditación para profesor contratado doctor son notablemente inferiores a los de profesor titular. Es necesario incentivar esta figura con decisiones que faciliten su implantación, con actuaciones conjuntas entre la Conferencia de Rectores y los Ministerios de Sanidad y Educación. Esta figura de profesorado ya es una realidad en algunas CC.AA. Y es una de las posibilidades que tenemos para paliar la falta de profesorado permanente vinculado a corto-medio plazo.

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