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Las personas mayores de 65 años sanas, las personas con enfermedades crónicas de base y determinados grupos de riesgo deben ponerse la vacuna antineumocócica. Es la conclusión expuesta por el Dr. Francisco Sanz Herrero, neumólogo de Valencia y miembro del Grupo de Tuberculosis e Infecciones Respiratorias (TIR) de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), durante el 52º Congreso SEPAR 2019, celebrado en Santiago de Compostela.
Su conclusión se basa, entre otros hallazgos y estudios, en el “Consenso sobre la vacunación antineumocócica en el adulto por riesgo de edad y patología de base. Actualización 2017”. Este documento, del que el Dr. Sanz es coautor, está avalado por 18 sociedades científicas.
Un ensayo clínico en mayores de 64 años demuestra la eficacia de la VNC13 para prevenir la enfermedad neumocócica invasora y la neumonía neumocócica
Un reciente ensayo clínico, hecho en más de 84.000 personas de más de 64 años ha
demostrado la eficacia vacunal de la VNC13 para prevenir tanto la enfermedad neumocócica invasora (ENI) como la neumonía neumocócica (NN). “Aunque se precisan más estudios con ambas vacunas en distintas situaciones comórbidas, es esperable un claro beneficio en términos de morbimortalidad, especialmente con la vacuna conjugada (VNC13)“, resume el citado Consenso, en relación a las dos vacunas disponibles, VNP23 y VNC13.
Actualmente, existen dos tipos de vacuna antineumocócica. La vacuna polisacárida, de 23 serotipos o tipos diferentes de neumococos (VNP23), y la vacuna conjugada de 13 serotipos (VNC13).
La vacunación de la población infantil confiera una protección indirecta a los mayores, pero hasta que sea sistemática, la VNC13 está justificada en los grupos de adultos de mayor riesgo.
La vacuna polisacárida (VNP23), que se emplea en mayores de dos años de edad, es la que más serotipos incluye. Pero presenta limitaciones porque no genera memoria inmunitaria y los niveles de anticuerpos disminuyen con el tiempo. Se precisan dosis de recuerdo cada cinco años. Asimismo, no actúa sobre la colonización nasofaríngea.
Hasta que la vacunación de la población infantil sea sistemática, la VNC13 está justificada en los grupos de adultos de mayor riesgo.
Por su parte, la vacuna conjugada (VNC13) puede emplearse a partir de las seis semanas de vida. Genera memoria inmunitaria, una respuesta inmunitaria más potente que la vacuna polisacárida (VNP23) y tiene un mayor impacto en la colonización nasofaríngea. Sin embargo, tiene como limitaciones un menor número de serotipos incluidos.
“La vacuna VNC13 es la que mayor y más duradera inmunidad produce por lo que únicamente es necesario vacunarse una vez en la vida en pacientes inmunocompetentes con enfermedades de base”, señala el Dr. Sanz, “a diferencia de la VNP23 que precisa dosis de recuerdo cada 5 años por agotamiento de la respuesta inmunitaria”.
Los expertos indican que esta vacuna no debe limitarse únicamente a la edad infantil. Además de aconsejarse en mayores de 65 años inmunocompetentes y sanos, el Dr. Sanz recordó que hay que vacunarse a cualquier edad si se sufre una enfermedad crónica respiratoria, cardiovascular, hepática o diabetes. También en consumidores de tabaco y alcohol.
Hay que vacunarse a cualquier edad cuando hay una enfermedad crónica y en grupos de riesgo
Además, los grupos de riesgo para los que se recomienda la vacunación son las personas sin bazo, con fístulas de líquido cefalorraquídeo, portadoras de implantes cocleares y pacientes inmunodeprimidos. Entre estos últimos se encuentran pacientes con leucemias, linfomas, insuficiencia renal crónica y pacientes que han recibido un trasplante. También los pacientes con tratamiento inmunosupresor, quimioterapia, infección por el VIH, enfermedades reumatológicas y enfermedad inflamatoria intestinal, que incluye la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn.
Con las evidencias científicas disponibles respecto a ambas vacunas, se aconsejan determinadas pautas de vacunación. Para pacientes inmunodeprimidos, mayores de 65 años, con fístulas de líquido cefalorraquídeo o sin bazo (asplenia), una primera dosis de VNC13. A las ocho semanas – 1 año, vacunación con VNP23. En pacientes ya vacunados con VNP23 más de un año, dosis de VNC13 y revacunación con VNP23 a los 5 años, con el fin de maximizar la protección.
El Dr. Sanz señala que la vacuna VNC13 es la que mayor y más duradera inmunidad produce, por lo que únicamente es necesario vacunarse una vez en la vida
Las personas que no deben recibir la vacunación antineumocócica son aquellas que hayan
sufrido una reacción alérgica a la vacuna conjugada de siete serotipos (VNC7). Además de a las vacunas que contengan el toxoide diftérico, ni tampoco las que tengan hipersensibilidad a algunos de los componentes de la vacuna.
En cuanto a sus efectos adversos, puede aparecer algún tipo de reacción leve y local en el lugar de inyección o febrícula. También sensación de cansancio, escalofríos, cefalea o dolor muscular de pocas horas o días de duración.
El Streptococcus pneumoniae (neumococo) es el principal agente causante de la neumonía comunitaria (NAC), de la otitis, de la neumonía neumocócica (NN) y de la enfermedad neumocócica invasora (ENI). Además, causa en menor frecuencia meningitis.
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