..Juan Pablo Ramírez. Director de iSanidad.
Quizás hemos partido de un enfoque erróneo. Hablamos hoy de sanidad universal como una mera cuestión de estadísticas, de tarjetas sanitarias. Pero cuando se publican informes como el que ha presentado esta semana la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) nos damos cuenta de que la sanidad universal va mucho más allá. El estudio de SEOM ponía de manifiesto que el 43% de los 85 hospitales analizados encontraba barreras de acceso a fármacos oncológicos.
El debate político tiende a simplificar en exceso los problemas de nuestro sistema sanitario. Precisamente el Gobierno del PSOE destaca entre sus principales logros el real decreto de sanidad universal tras la moción de censura contra Mariano Rajoy. Son muchos los expertos de salud pública que advirtieron del error que suponía mandar a los inmigrantes en situación irregular a la puerta de urgencias. Lo plantearon como una cuestión de coste-efectividad devolver a estos pacientes a atención primaria.
Quizás hemos partido de un enfoque erróneo. Hablamos hoy de sanidad universal como una mera cuestión de estadísticas, de tarjetas sanitarias
El PSOE lo planteó en cambio como una cuestión de derecho para devolver la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares. El problema es que la sanidad universal significa mucho más. Si no existe equidad no podemos hablar de universalidad. El informe evidenciaba la heterogeneidad existente en la toma de decisiones. El 52% de las resoluciones se toman a nivel hospitalario y solo el 42% en el ámbito autonómico. Un 20% de las respuesta dejaba un dato preocupante. Alguno de los 11 fármacos analizados en el estudio o no estaba aprobado o estaba pendiente de recibir el visto bueno. Es decir, los pacientes no cuentan con las mismas oportunidades en todo el territorio nacional.
Un informe de SEOM pone de manifiesto que un 43% de hospitales encuentra barreras de acceso a fármacos oncológicos
El informe llamaba la atención sobre otro problema que también hace tambalearse nuestra sanidad universal. No existe un procedimiento ni un marco regulatorio para la implantación y la financiación de los biomarcadores. Hace solo unos meses que el Senado aprobó la ponencia sobre medicina genómica. Sin la implantación de los biomarcadores en la práctica clínica es impensable la aplicación de una verdadera medicina de precisión.