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El 70% de las unidades de dolor de España no dispone de los recursos y profesionales necesarios y a los recursos avanzados de cuidados paliativos no accede ni el 50% de los pacientes que los necesitan. Son algunos de los datos que se han puesto sobre la mesa en la reunión del Grupo de Trabajo de Bioética de la Sociedad española del Dolor (SED) celebrada este martes. “Actualmente hay una situación injusta de desigualdad y escasez de recursos de tratamiento del dolor y cuidados paliativos”, ha dicho el Dr. Jaime Boceta, coordinador del grupo de trabajo. “No podemos mirar a otro lado. Es necesario establecer un ‘mínimo decoroso’ que se garantice a toda la población”.
El 70% de las unidades de dolor de España no dispone de los recursos y profesionales necesarios
Representantes de sociedades científicas, Organización Médica Colegial (OMC), asociaciones de pacientes y profesionales de unidades de dolor y de cuidados paliativos han debatido sobre los cómo los principio éticos de no maleficencia y justicia deben garantizar y exigir unos mínimos de asistencia sanitaria en el tratamiento del dolor y cuidados paliativos, accesibles para todos en un sistema sanitario que es fundamentalmente público y universal.
Respecto a los cuidados paliativos, también se abordó la insuficiencia de la Ley de Dependencia, que no llega a los enfermos terminales. Por término medio, mueren más de 100 enfermos cada día con la dependencia ya reconocida pero pendientes de que les sea otorgada la ayuda o prestación. Eso sin contar con los que están en el plazo de seis meses de espera para ser valorados.
Dr. Jaime Boceta: “Hay una situación injusta de desigualdad y escasez de recursos de tratamiento del dolor y cuidados paliativos”
“Nos hemos acostumbrado a morir sin tener la dependencia concedida y esto no es ético, ni debería ser así”, ha señalado Carina Escobar, presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes. Y no solo en el final de la vida el dolor oncológico requiere una organización y atención especializada. Así lo recordaron las especialistas en oncología médica Dra. Olga Donnay (SEOM) y radioterápica Dra. Aurora Rodríguez (SEOR).
Por otra parte, la Dra. Concepción Pérez (SED), jefa de la Unidad del Dolor del Hospital de la Princesa, planteó la “saturación” que experimenta la atención primaria. El dolor “difícil” requiere mayor tiempo de dedicación por consulta, superior a los diez minutos que se intentan conseguir actualmente y no se alcanzan.
La Dra. Mª Dolores Bedmar (SED), anestesista de la Unidad del Dolor del Hospital de Fuenlabrada, ha expuesto que “sólo el 36% de las unidades de dolor cuentan con un psicólogo y menos del 50% de las unidades de dolor tienen protocolos de continuidad para los pacientes una vez que reciben el alta de la unidad”. Además, añadió que “hay una falta de equidad importante en cuidados paliativos y unidades de dolor en las distintas comunidades. Las principales unidades de dolor están concentradas en las grandes ciudades”.
Dra. Bedman: “Hay falta de equidad en cuidados paliativos y unidades de dolor en las distintas comunidades, están concentradas en las grandes ciudades”
Los participantes en el debate han coincidido en que se requiere un consenso para acordar un mínimo de asistencia sanitaria. Además, consideran importante contar con mayor presencia de la sociedad civil. En concreto, de los pacientes, a través de las distintas asociaciones.
Durante este encuentro se señaló que debe seguirse la regla del mal menor, que exige que la gestión de los recursos sea eficaz, para no desperdiciarlos. Y que no se permita el acceso a recursos y procedimientos que no estén indicados. Estas dos medidas forman parte del día a día de los médicos de atención primaria, unidades de dolor, equipos de cuidados paliativos, oncología médica y radioterápica y otras especialidades, y a veces les generan problemas éticos difíciles de manejar.
Cuando la indicación correcta y la gestión eficiente no son suficientes, puede aceptarse el racionamiento
“El principio de justicia no es dar a todos los pacientes los mismos recursos. Sino asignar a cada uno los recursos adecuados según sus necesidades y la expectativa que tiene de los resultados de su tratamiento”, expresó la Dra. Paloma Casado, responsable del Área de Personalización y RSC en Hospital Clínico San Carlos.
En este sentido, se ha señalado que cuando la indicación correcta y la gestión eficiente no son suficientes, puede aceptarse el racionamiento; la limitación de prestaciones de acuerdo con el principio del “mínimo decoroso”. Esta racionalización, tal y como se ha expuesto en la reunión, debe ser definida por los políticos y gestores teniendo en cuenta la evaluación de las técnicas y recursos que hacen los profesionales. Deben establecer criterios concretos que eviten injusticias entre comunidades autónomas y entre los propios pacientes.
Los profesionales piden políticas sanitarias que “no estén condicionadas por ideologías y proyectos políticos cortoplacistas”
Finalmente, durante la jornada se ha tratado la necesidad de contar con políticas sanitarias que “no estén condicionadas por ideologías y proyectos políticos cortoplacistas”. Entienden que deberían alcanzarse y consensuarse a través de acuerdos. En base a la evidencia científica y la necesidad real para lograr un correcto abordaje del dolor y los cuidados paliativos.
En relación con este último punto se recalcó la importancia de aumentar el número y profesionales de los recursos avanzados de cuidados paliativos y las unidades del dolor multidisciplinares. Tal y como algunos estudios han demostrado, no son suficientes y no disponen de los recursos necesarios para abordar correctamente el dolor de sus pacientes.
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