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La deficiencia de vitamina D en la población se ha convertido en un problema, ya que está demostrado el papel clave que tiene en la mineralización del sistema óseo, entre otras tareas, como el buen funcionamiento de algunas funciones metabólicas, la actividad neuromuscular y la regulación del crecimiento celular o del sistema inmunológico. La Fundación Internacional de Osteoporosis (IOF, por sus siglas en inglés) y la mayoría de guías médicas internacionales sitúan el nivel mínimo de esta vitamina en 30 ng/ml. Para alcanzarlo, la IOF recomienda un suplemento de entre 800 y 1.000 UI (Unidades Internacionales) al día de vitamina D en personas sanas.
“Se ha comprobado la asociación entre el déficit de vitamina D y muchas enfermedades agudas crónicas”
La vitamina D participa en muchas funciones fisiológicas. Según explican los doctores Torres del Pliego y Nogués Solán en un artículo publicado en 2014 en la Revista de Osteoporosis y Metabolismo Mineral, se ha comprobado la asociación entre el déficit de vitamina D y muchas enfermedades agudas crónicas, que incluyen “alteraciones en el metabolismo del calcio, algunos cánceres, diabetes tipo 2, enfermedad cardiovascular y enfermedades infecciosas”.
Por todas sus funciones, los expertos señalan la importancia de tener unos niveles adecuados de esta vitamina en todas las edades. No sólo en personas mayores con riesgos de descalcificación y fracturas. Ambos doctores destacan que la mayor fuente de vitamina D es la luz solar, de la que se obtiene el 90% de este nutriente. Sin embargo, las personas que residen en latitudes con largos inviernos y poca incidencia de los rayos solares, no pueden beneficiarse de esta fuente de vitamina. Otros factores que llevan a la carencia de este nutriente son las cremas protectoras frente al sol, una mayor pigmentación cutánea y la edad, ya que las personas mayores de 65 años absorben menos esta vitamina.
“Los expertos señalan la importancia de tener unos niveles adecuados de esta vitamina en todas las edades”
Determinados alimentos también son fuente de vitamina D, incluidos algunos productos que se han enriquecido con este nutriente, como por ejemplo, la margarina. Sin embargo, el aporte dietético de la vitamina D es limitado, por lo que las guías científicas y la propia IOF, hablan de la necesidad de suplementos para alcanzar los niveles adecuados. Y, concretamente de ese rango de entre 800 y 1.000 UI/día, una cantidad que podría aumentarse en determinados pacientes con problemas de absorción, con osteoporosis, obesidad o personas que viven en residencias, por ejemplo.
Además, se establece que hay una correlación entre la cantidad de vitamina D suplementada y el nivel sérico de 25(OH) vitamina D que se alcanza. Este sería de aproximadamente de 2,5 nmol/L (rango 1,75-2,75 nmol/L) por cada 100 UI (2,5 μg) de vitamina D adicionales. Por lo anterior, se podría pensar que una suplementación en el rango superior de las recomendaciones de IOF (1.000 UI/día) aumentaría la probabilidad de los pacientes de alcanzar niveles de 30 ng/ml, en comparación con una suplementación con menor dosis.
“Las guías científicas y la propia IOF, hablan de la necesidad de un suplemento para alcanzar niveles adecuados de vitamina D”
Esta recomendación viene avalada por distintos estudios que se han llevado a cabo en personas con carencias graves de vitamina D. Todas ellas presentaban niveles inferiores a 20 ng/ml. Los ensayos han probado la administración de 1.000 UI por día, demostrando su eficacia y seguridad para aumentar los niveles de este nutriente. Además, se ha comprobado que es igual de seguro administrar dosis semanales de 7.000 UI y mensuales de 30.000 UI, que dosis diarias de 1.000 UI. Esto facilitaría la adherencia de los pacientes al tratamiento.
El primero de esos estudios se llevó a cabo con 64 participantes que presentaban niveles inferiores o iguales a 20 ng/ml de 25 (OH)D. Durante tres meses se les administró comprimidos de vitamina D diarias, una vez a la semana o una vez al mes, cada una con su correspondiente dosis. El estudio, publicado en la revista Endocrine. International Journal of Basic and Clinical Endocrinology en 2016, demostró que es igual de seguro y eficaz la normalización de niveles 25 (OH)D con las dosis diarias, semanales y mensuales.
“Se ha comprobado que es igual de seguro administrar dosis semanales de 7.000 UI y mensuales de 30.000 UI, que dosis diarias de 1.000 UI”
Un estudio posterior, publicado en Journal of Pharmacovigilance en agosto de 2017, demostró que el 95% de los pacientes que habían recibido durante 12 semanas una dosis de carga de un comprimido de 30.000 UI a la semana de vitamina D habían conseguido niveles iguales o superiores a 30 ng/ml. Además, de manera segura y sin alteraciones en los niveles del calcio. Mostraron, además, una mejor respuesta y de manera más rápida que aquellos pacientes que habían recibido una dosis estándar de 1.000 UI/día.
La importancia de la vitamina D en todas las edades está demostrada. Ahora, estos estudios muestran cómo se puede hacer más fácil y seguro el tratamiento de complementos que ayuden a alcanzar los niveles necesarios de este nutriente.
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