..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
El exceso de información se llama infoxicación. La cantidad de información que está llegando sobre el coronavirus es de tal dimensión que nadie puede “digerirla”. Hay información sobre países afectados, regiones afectadas, hospitales, vacunas, retrovirales, fallecidos, protocolos… Los datos, que no información, fluye por distintas redes sociales como WhatsApp, Twitter o Instragram como si fueran ensayos clínicos.
En estos últimos días la maquinaria mediática tiene su foco en el coronavirus, como si fuera un cataclismo que va a acabar con la población. Nadie hace caso a las voces que tratan de explicar que tiene menor mortalidad que la gripe y que no hay preocuparse más de la cuenta. Pero el “aluvión” de titulares permite que la imaginación de los posibles infectados vuele. El alarmismo está venciendo, la información está centrada en aspectos que mejoran las audiencias. Todo el mundo conoce que se ha cancelado el festival de Venecia, se han suspendidos partidos de fútbol, clases en el instituto o hay posibilidad de anular los juegos olímpicos de Tokio.
Infoxicación es el exceso de información, hay demasiada información “no fiable” en los medios de comunicación
Está claro que este exceso de información, la infoxicación, sobre el coronavirus está generando una alarma social descontrolada. Las bolsas caen, la economía se resiente, se cierran fábricas, se pierden puestos de trabajo… el miedo es libre y el médico no puede controlarlo. ¿A partir de ahora qué?, ¿cómo se puede detener la “vorágine”? Hasta ahora no se ha hecho caso a los que dicen que no hay que ser tan alarmistas. De hecho, las actitudes discriminatorias están empezando a aflorar. Chinos, italianos, iraníes… parecen culpables de la infoxicación de la población.
Los expertos insisten dando mensajes de tranquilidad:
- Dr. Fernando Simón: “No tiene sentido que los ciudadanos sanos usen mascarilla”. Sin embargo, las mascarillas suben de precio y hasta se “roban” en los hospitales.
- Dr. Juan José Badiola: “El grupo de riesgo según los datos que tenemos es de personas de más de 80 años”, pero los chavales jóvenes están yendo al hospital por un dolor de cabeza
- Dr. Miguel Marcos: “¡No es ébola!”, nadie se va a contagiar por vivir en la misma ciudad que el vecino de un compañero de trabajo que coge el autobús en la misma parada.
La mejor manera de estar bien informados es atender lo que dicen los expertos
Al final, el problema es el mismo de siempre, ¿quiénes son las fuentes de información? Los bulos son muy complicados y uno no se protege consumiendo cloruro de magnesio, jengibre o zumo de limón. En lugar de leerlo todo, habría que atender solo a fuentes fiables, como siempre.
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