Si las paredes de las salas de espera hablaran

Última plaza

..Luis A. de Haro. Director general de iSanidad.
Las paredes de las salas de espera son importantes testigos de la historia. Podrían contar grandezas y miserias de muchas de las personas que acuden a los hospitales. Han conocido a héroes anónimos y a sucios miserables. No sé si a partes iguales, pero, desde luego a todos se les ha visto sin “careta”.

La lucha contra el Covid-19 está siendo desigual porque la sociedad es desigual. La dureza de la enfermedad, la soledad de los pacientes, la resistencia de los profesionales, la paciencia de la sociedad, el miedo de las calles… demasiadas aspectos personales están aflorado por la pandemia. De hecho, estamos viendo que muchos pacientes tienen miedo a estar solos y, lo que es peor, a morir solos en el hospital. También vemos el incansable esfuerzo de los profesionales, médicos, enfermeras, farmacéuticos, celadores, auxiliares, limpieza… Todos están dando la cara ante esta dura situación.

En estos casos extremos se ve la auténtica esencia de la persona. Cuando llega la necesidad generalmente desaparecen las “caretas”, las personas se muestran tal como son, en forma natural. Y eso lo saben bien las paredes de las salas de espera, que han visto y están viendo situaciones complejas y auténticos héroes. Se puede ver a generosos pacientes que se sientan en el suelo 10 horas para que otro, con menos “recursos físicos”, utilice una de las sillas de la sala.

Si las paredes de las salas de espera hablaran podrían contar cosas que superan la ficción

También se ha visto a los enemigos de lo privado visitando las paredes de la sala de espera de un hospital “con dueño”. Incluso se ha visto a pacientes de la “farándula”, habituales de las revistas del corazón, paseándose con su tarjeta sanitaria por los hospitales del SERMAS o de la Junta. Lo bueno es que todos están en su derecho y tienen libertad para elegir. Es una libertad que nos la hemos ganado todos.

La vuelta a la normalidad, tras el confinamiento, ¿será igual para todos? La realidad es que se podrá tener la experiencia, por fin, de que la sanidad es una sola, con prestación pública o privada, pero solo una. Ni la privada puede existir sin la pública, ni la pública sin la privada. Lo importante es que existe la posibilidad de elección.

Tras la crisis podremos tener la experiencia de que la sanidad es una sola, con prestación pública o privada

Lo que sí sé es que cuando todo termine, las paredes de las salas de espera estarán calladas. Estarán mustias por lo que han visto, y volverán a ser discretas con lo bueno y con lo malo. A veces pienso que es una pena que algunos políticos no callen como las paredes de las salas de espera.

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