..Luis A. de Haro. Director general de iSanidad.
Los aplausos iniciales hacia el esfuerzo de todos los sanitarios por su entrega total sin apenas medios fueron “ensordecedores”. Médicos, enfermeras, farmacéuticos, auxiliares, técnicos… recibían con emoción ese reconocimiento a su esfuerzo. La policía encendía sus sirenas delante de los hospitales, los vecinos aplaudían y los más audaces cantaban en las ventanas.
Sin embargo, el tiempo ha pasado, los aplausos se han mantenido, los medios de protección han ido llegando, aunque con cuentagotas. Dado el éxito de esta “expresión” popular se ha intentado exportar, como pedir caceroladas contras el gobierno, por ejemplo. Su éxito ha sido, al menos, discutible.
La ciudadanía ha sido unánime en su reconocimiento a todos estos sanitarios. La dedicación, el riesgo, la entrega o el estudio del problema han sido razones más que suficientes para esos aplausos.
Los aplausos no han cambiado los medios, mismas plantillas, mismas políticas, mismos asesores… la “nueva normalidad” es lo de siempre
Además, muchos de los “homenajeados” han contestado. “Hemos oído vuestros aplausos. Gracias”, decían algunos carteles que se han enviado desde los hospitales con los sanitarios como protagonistas. La connivencia entre pacientes y profesionales ha sido muy fuerte, una prueba de que los españoles tenemos la sangre caliente. El paso del tiempo no ha eliminado este agradecimiento, sigue habiendo aplausos, aunque algo menos intensos.
Algunos disidentes profesionales empezaron a pedir menos aplausos y más medios. Esto sí ha tenido un fuerte recorrido. Twitter, Facebook, Instagram o WhatsApp han sido testigos. Menos aplausos y más medios para luchar, menos aplausos y mejores condiciones de trabajo, menos aplausos y menos política… Cada uno lo ha expresado de una manera distinta, pero es evidente que la situación ha cambiado.
Se habla de fortalecer la primaria, pero se intenta hacer una desescalada sin modificar plantillas. Se habla de “nueva normalidad”, pero no se conoce a los asesores que deciden qué es eso y cómo se llega.
Los aplausos son merecidos y justos, pero todavía hay mucho camino por recorrer. Es necesario hacer un cambio fuerte en el sistema, y eso todavía no se atisba.