..Cristina Cebrián.
La pandemia de Covid-19 afectará, a medio y largo plazo, a las personas con VIH. Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte de que, si no se reestablecen los tratamientos antirretrovirales de seis meses de duración, podrían alcanzarse las 500.000 muertes adicionales entre 2020 y 2021 por enfermedades asociadas al sida, incluida la tuberculosis, en el África subsahariana.
Las estimaciones provienen de un grupo de modelización convocado por la OMS y el ONUSIDA. Los expertos consideran que puede alcanzarse esa cifra de fallecimientos si no se realizan esfuerzos para mitigar y superar las interrupciones en los servicios y suministros sanitarios durante la pandemia de Covid-19. Además, recuerdan que en 2018 fallecieron 470.000 personas en esa región africana por causas relacionadas con el sida.
Esa perturbación por Covid-19 provocaría la muerte de muchas personas con VIH durante al menos cinco años más
Por otro lado, la OMS insiste en que esa perturbación provocaría la muerte de muchas personas con VIH durante al menos cinco años más. Se produciría también un exceso anual medio de mortalidad del 40% a lo largo del próximo lustro. Además, las perturbaciones en los servicios contra el VIH también podrían afectar a la incidencia del VIH durante el próximo año.
“La terrible perspectiva de que medio millón de personas más mueran en África por enfermedades relacionadas con el sida supone un retorno al pasado”, advierte el Dr. Tedros Adhanom, director general de la OMS. Desde la organización insisten en la necesidad de actuar ya para evitar alcanzar las cifras de mortalidad asociada al sida que existían en 2008. En ese año se registraron en la región más de 950.000 defunciones relacionadas con el sida.
Dr. Adhanom (OMS): “Debemos asegurarnos de que los suministros mundiales de pruebas y tratamientos continúen llegando a los países que los necesitan”
“Debemos tomárnoslo como una llamada de aviso a los países para que busquen el modo de mantener todos los servicios sanitarios vitales. En el caso del VIH, algunos países ya están adoptando medidas importantes. Por ejemplo, asegurarse de que las personas puedan obtener envases con múltiples dosis de tratamiento y otros suministros esenciales en puntos de recogida determinados. Esto reduce la presión sobre los servicios y los profesionales sanitarios. También debemos asegurarnos de que los suministros mundiales de pruebas y tratamientos continúen llegando a los países que los necesitan”, añade el Dr. Adhanom.
Por su parte, la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, señala que esta pandemia “no debe ser una excusa para desviar inversiones del VIH. Existe el riesgo de que los logros de la respuesta al sida que tanto costó alcanzar se sacrifiquen en aras de la lucha contra el Covid-19. Pero el derecho a la salud supone que no se debe combatir ninguna enfermedad a costa de otra”.
Una interrupción relativamente corta del tratamiento puede tener consecuencias negativas importantes para la salud y para una potencial transmisión del VIH
Riesgo de no contar con tratamiento antirretroviral
En 2018 había en el África subsahariana unos 25,7 millones de personas con VIH. De estas, el 64% (16,4 millones) recibían tratamiento antirretroviral. Ahora, estas personas corren el riesgo de que su tratamiento se vea interrumpido. El motivo es que los servicios contra el VIH permanezcan cerrados o no puedan suministrar antirretrovirales debido a trastornos de la cadena de suministro. También puede estar provocado por el desbordamiento de los servicios al tener que participar al mismo tiempo en la respuesta al Covid-19.
La situación puede ser muy grave ya que, cuando los pacientes siguen correctamente el tratamiento, su carga vírica de VIH cae a niveles no detectables. Esto hace que se mantengan sanos y evita que transmitan el virus a otras personas. Sin embargo, cuando un paciente no puede tomar regularmente sus antirretrovirales, la carga vírica aumenta. Por tanto, provoca efectos perjudiciales para la salud que pueden desembocar en la muerte. Incluso una interrupción relativamente corta del tratamiento puede tener consecuencias negativas importantes para la salud y para una potencial transmisión del VIH.
Suspensión de pruebas de carga vírica
Otro efecto colateral de la pandemia de coronavirus tiene que ver con la realización de pruebas de carga vírica. En este sentido, una suspensión provocaría un aumento de la mortalidad en esta población africana con VIH. Asimismo, la reducción del asesoramiento sobre cumplimiento terapéutico y los cambios de tratamiento farmacológico también aumentaría los fallecimientos.
Winnie Byanyima (ONUSIDA): “No podemos permanecer cruzados de brazos mientras cientos de miles de personas, muchas de ellas jóvenes, fallecen innecesariamente”
Los expertos de la OMS y de ONUSIDA ponen de manifiesto la necesidad urgente de garantizar la continuidad de los servicios de prevención y tratamiento del VIH. Además, será importante que los países den prioridad a reforzar las cadenas de suministro y a asegurarse de que las personas que ya reciben tratamiento puedan seguir haciéndolo. Para ello, habrá que reforzar la dispensación de tratamiento antirretroviral para varios meses para reducir las visitas rutinarias a los centros sanitarios. Así, se reducirá también la carga para unos sistemas de atención sanitaria desbordados.
“Cada muerte es una tragedia. No podemos permanecer cruzados de brazos mientras cientos de miles de personas, muchas de ellas jóvenes, fallecen innecesariamente. Insto a los Gobiernos a garantizar que todos los hombres, mujeres y niños con VIH reciban un suministro regular de tratamientos antirretrovirales que suponen, literalmente, un salvavidas”, concluye la directora ejecutiva de ONUSIDA.