Los hospitales Rey Juan Carlos e Infanta Elena ultiman su proceso de desescalada del Covid-19

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..Redacción.
Tras dos meses de intenso trabajo gestionando el mayor reto al que nuestro sistema sanitario se ha enfrentado en las últimas décadas, la crisis ocasionada por el nuevo coronavirus, ha disminuido la presión que la atención a pacientes afectados por el Covid-19 ejerce sobre los hospitales. Esto está permitiendo, y haciendo necesario, el avance en el proceso de desescalada. Además, de la preparación con nuevas medidas, protocolos y procedimientos para la llamada “nueva normalidad” en muchos ámbitos.

La disminución de la presión de pacientes Covid esta permitiendo y haciendo necesario el avance en el proceso de desescalada

La atención hospitalaria es uno de los prioritarios, ya que continuar con la interrupción de la atención a patologías y problemas de salud no relacionados con el Covid puede generar un segundo problema sanitario, dado el impacto negativo que esta demora puede tener sobre la evolución de las enfermedades y el incremento de la morbi-mortalidad.

A la luz de este escenario, y tras haber puesto a todos sus profesionales, instalaciones y equipamientos al servicio de la lucha contra el virus, el Hospital Universitario Rey Juan Carlos, ultima ya el proceso de reanudación de su actividad asistencial. Todo ello siempre vigilante ante el posible riesgo de nuevas recaídas, para el que cuenta con un Plan de Contingencia perfectamente definido.

Se trata, tal y como explica la gerente del hospital, la Dra. Raquel Barba, de “garantizar la atención con la eficiencia y seguridad que el nuevo contexto requiere, tanto para los pacientes como para los profesionales, y de ofrecer la asistencia sanitaria en el tiempo y forma que precisa la patología no Covid, para que quienes la necesiten, estén o no afectados por el coronavirus, puedan acudir al hospital con la tranquilidad de saber que es un lugar seguro“.

Dra. Barba: “Hay que garantizar la atención con la eficiencia y seguridad que el nuevo contexto requiere”

Este plan de acción se sustenta en tres fases. En la primera de ellas, el hospital ha priorizado exhaustivas tareas de limpieza y desinfección de todas sus instalaciones y equipos. Esto le ha permitido recuperar numerosos espacios y áreas de distinta índole, a fin de poder atender la creciente demanda de pacientes no Covid.

La segunda etapa ha abordado la coexistencia de pacientes afectados y no afectados por el coronavirus. Ello ha implicado la diferenciación y separación de circuitos, espacios, equipamiento y personal de atención para poder seguir atendiendo a los afectados, actuales y futuros, por el coronavirus, pero también a aquellas personas con otras patologías

En este punto, la progresiva vuelta a la nueva normalidad incorpora también estrategias de información y educación sanitaria dirigidas a los pacientes. En esta misma fase, también se ha realizado tests de anticuerpos Covid a todos sus empleados para protegerlos a ellos y a sus compañeros. De esta manera, proporcionar la misma seguridad a sus pacientes. Adicionalmente, se realizan pruebas PCR a los empleados ante cualquier mínimo síntoma o sospecha de contacto.

El plan del proceso de desescalada se sustenta en tres fases

Una tercera parte del plan de acción en la que las nuevas estrategias y servicios no presenciales, están desempeñando un papel clave. De hecho, estas medidas ganarán peso a corto y medio plazo. Entre estas destacan la consolidación del Portal del Paciente como principal canal de comunicación con los usuarios, facilitando y personalizando la autogestión de su salud y evitando desplazamientos innecesarios al centro, el seguimiento telefónico de consultas o el diálogo web, entre otras.

En este sentido, el Hospital Universitario Infanta Elena, es uno de los que más experiencia lleva acumulada y de los que antes tuvo que adaptarse y prepararse. La progresiva vuelta a la llamada “nueva normalidad” ha empezado por una recuperación de los diferentes espacios y áreas Covid-19. Ahora, vuelven a tener su uso y función previos a la pandemia para poder atender a la creciente demanda de pacientes no Covid, tras un intenso proceso de limpieza y desinfección de todas estas instalaciones.

Asimismo, el centro hospitalario ha establecido estrictos protocolos para la atención segura de los pacientes Covid positivos y de aquellos afectados por el resto de patologías. El hospital presenta espacios y plantas totalmente diferenciadas para los dos grupos de pacientes.

El Hospital Universitario Infanta Elena es uno de los que antes tuvo que adaptarse y prepararse para el proceso de desescalda

En este reto está ayudando mucho, además, la filosofía dde apostar por la digitalización para optimizar la atención ofrecida a sus pacientes. Por la cual, se están intensificando las estrategias y servicios asistenciales no presenciales. Esta estrategia de utilización de las nuevas formas de comunicación no presencial y potenciación de la telemedicina continuará siendo una pieza clave en el proceso de desescalada.

Todo ello ha ayudado y está acompañado de la recuperación de algunas actividades que en el pico más intenso de la crisis habían sido canceladas o reubicadas en otros hospitales, así como de la reanudación de la asistencia diagnóstico-terapéutica previa a la epidemia, priorizando la actividad programable urgente y no aplazable, e implicando tanto a la actividad de Diagnóstico por Imagen, Hemodinámica, y Hospital de Día Médico, como al bloque quirúrgico y a las consultas en numerosas especialidades.

Todo ello para asegurar un contexto en el que cualquier persona que requiera asistencia sanitaria pueda acudir al hospital con las medidas y tranquilidad necesarias para cuidar de su salud, a fin de no seguir demorando la atención de patologías, problemas de salud o síntomas ya aplazados con la declaración del estado de alarma.

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