..Luis de Haro. Director general de iSanidad.
El texto que ha propuesto la Comisión de Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados no está convenciendo a todos. Sin embargo, a quien menos convence es a las asociaciones de pacientes que están directamente aludidas. Las asociaciones no fueron llamadas a participar de la Comisión, quizá si se les hubiera escuchado sería distinto. De todas maneras, no es una sorpresa porque el texto está basado en el que propusieron PSOE y Unidas Podemos.
Hay un punto clave, el que parece querer darle la puntilla a las asociaciones de pacientes. Se trata del 47.2. “Tomar medidas para financiación pública de formación continuada de los profesionales sanitarios a cargo de las administraciones públicas, y para investigación independiente, divulgación/educación sanitaria y patrocinio de actividades de asociaciones de pacientes. Se prohibirá financiación de estas actividades, directa o indirectamente, por la industria”.
Está claro que para que el sistema esté centrado en el paciente lo mínimo que se puede hacer es escucharle. Sin embargo, la situación parece distinta. Más que apoyar a las asociaciones parece que se las quiere eliminar. Eliminando su financiación lo más probables es que asociaciones vayan a desaparecer.
Más que apoyar a las asociaciones de pacientes parece que se las quiere eliminar
El compliance de la industria farmacéutica en España es muy restrictivo, no permite sobornos ni tonterías. Legislar pensando que la industria farmacéutica compra a las asociaciones es no conocer ni a la industria ni a las asociaciones. También muestra un enorme desconocimiento del sistema. ¿Quién va a pagar la formación de profesionales y pacientes?, ¿papá estado? Una asociación que dependa de las subvenciones oficiales, ¿podrá manifestarse contra quien le paga? Parece una forma de quererlas mantener bajo control.
Una asociación que dependa de las subvenciones oficiales, ¿podrá manifestarse contra quien le paga? Parece una forma de quererlas mantener “bajo custodia”
Cabe la posibilidad de que el objetivo no sean los pacientes, ni siquiera los profesionales. De hecho, todo parece que indicar que el objetivo son los laboratorios, a quien este Gobierno ya le ha demostrado su animadversión. Las asociaciones de pacientes y los profesionales parecen ser solo víctimas colaterales de esta guerra declarada.
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