Científicos del Hospital Presbiteriano de Nueva York han descubierto que el uso de la quimioterapia en pacientes con cáncer en fase terminal no mejora la calidad de sus últimos días de vida, e incluso puede empeorarla en aquellos pacientes que están mejor, según los resultados de un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association (JAMA) Oncology.
Los médicos llevan tiempo preocupados sobre los beneficios que puede tener el uso de la quimioterapia para los pacientes con cáncer que están cerca de su muerte. De hecho, un grupo de expertos de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO, por sus siglas en inglés) calificó recientemente su uso como “derrochador e innecesario” en aquellos casos en los que no está probado que pueda aportar algún beneficio clínico.
El estudio que, ha dirigido Holly G. Prigerson, Holly Prigerson del Weill Cornell Medical College y del Hospital Presbiteriano de Nueva York, pretendía analizar de qué manera afectaba la quimioterapia a la calidad de vida de los pacientes en función de su capacidad funcional y de las actividades que podía realizar.
312, y es que ese fue el número de pacientes que con cáncer metastásico progresivo fueron estudiados, siendo la mayoría hombres, con una edad media que promediaba los 59 años, y a los que se les había dado unos cuatro meses de vida. La mitad de ellos que, habían recibido quimioterapia, en todos los casos se les evaluó su capacidad funcional y su calidad de vida al inicio del estudio.
Con los datos facilitados por las personas que cuidaban a los pacientes, y que reflejaron tanto el padecer físico como psíquico en su última semana de vida, los investigadores mostraron en los resultados que la quimioterapia no se asoció con una mejor calidad de vida cuando se acercaba su muerte en aquellos pacientes que tenían una menor movilidad, es más, incluso la empeoraba en aquellos que tenían una mayor capacidad funcional.
“La quimioterapia no solo no benefició a los pacientes con sus capacidades disminuidas, sino que incluso parecía más dañino para los pacientes con buen estado funcional”, señaló Holly G. Prigerson, quien sugiere también que “las directrices acerca del uso de la quimioterapia en pacientes con cáncer terminal pueden necesitar ser revisadas para reconocer el daño potencial del uso de la quimioterapia en pacientes con enfermedad metastásica progresiva”.
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