Hay una gran cantidad de modos en que los padres pueden ayudar a mejorar el sistema inmunitario de su hijo, y es que así lo considera la Dra. Palak Shroff, especialista en medicina de familia en el Centro Médico de los Hospitales Universitarios de Cleveland.
“El sistema inmunitario nos ayuda a combatir las infecciones. La inmunidad se desarrolla a lo largo del tiempo, así que cuanto más se expone alguien, más se desarrolla el sistema inmunitario”. “En el caso de los niños”, prosigue, “todo el nuevo entorno de los niños es nuevo, pero con el tiempo, la inmunidad se desarrollará y mejorará”.
Shroff sugirió ocho claves para ayudar a los niños a minimizar el riesgo de contraer cada resfriado y virus con los que se encuentran en edades tempranas:
- La lactancia materna es el primer paso: es un modo importante de ayudar la madre a su hijo a desarrollar un sistema inmunitario fuerte. “Durante la lactancia materna, la inmunidad de la madre se transfiere al niño”, afirma Shroff.
- La vacunación es otro factor crucial: recibir todas las vacunas acorde al calendario vacunal evita que los niños contraigan enfermedades potencialmente peligrosas, como la tos ferina, el sarampión, las paperas, la hepatitis y la varicela. “Todos los niños mayores de seis meses deberían vacunarse. A veces los niños pequeños contraen la gripe y se desarrolla en neumonía, y luego tienen dificultades para mejorar durante mucho tiempo”, alerta la Dra. Shroff.
- Desde pequeños educarlos en buenos hábitos alimenticios: los padres deberían asegurarse de que los niños reciben una comida equilibrada con mucha fruta y verdura, y es que estos alimentos contienen antioxidantes, vitaminas y minerales que son esenciales para el sistema inmunitario.
- El sueño es crucial: si los niños no descansan bien, su cuerpo pierde sus mecanismos de defensa naturales, una carencia que acusarán para hacer frente a las enfermedades que puedan pasar, indica la doctora.
- Desde pequeños fomentarles la práctica de ejercicio físico: hacer ejercicio promueve una mejor circulación de la sangre. Esto ayuda a que los pulmones y el corazón funcionen mejor, lo que mejora la inmunidad, afirma esta especialista.
- Enseñar a los niños una buena higiene: recordarles el hábito de higiene más universal y sencillo de hacer, como es lavarse las manos, y también que se cubran la boca cuando tosan. Ambos hábitos son sencillos, y su desarrollo debe fomentarse en las edades más tempranas.
- Proteja a los niños del humo de tabaco: aquí los niños reciben los “daños colaterales” de que sus padres sean fumadores. El humo de segunda mano daña la inmunidad de un niño, y es que los niños que estén expuestos al humo de cigarrillo de forma regular son más propensos a desarrollar infecciones respiratorias.
- Evitar el uso excesivo de antibióticos: cuando estos medicamentos se usan en exceso, las bacterias pueden desarrollar una resistencia a los mismos. La resistencia a los antibióticos ha sido declarada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una emergencia en el mundo y una amenaza creciente para la salud pública mundial, y es que según datos de la OMS, al año, por bacterias que son multirresistentes a los antibióticos fallecen entre 700.000 y 900.000 personas.
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