..Juan Pablo Ramírez.
“Tenemos un arsenal considerable para abordar el dolor”, admite el profesor emérito de la Universidad McGill de Montreal, el Dr. Fernando Cerveró. Los fármacos consiguen hoy reducirlo, un hecho que general a su vez un círculo vicioso. Al tiempo que disminuye el dolor, decae la tolerabilidad en la población y aumenta la demanda de medicamentos. Es el diagnóstico de cualquier país occidental. En este contexto, el Dr. Cerveró lanzó la pregunta sobre la posibilidad de acabar con el dolor. “Podemos reducirlo pero no eliminarlo”, advirtió.
En los países en desarrollo, la situación es diferente. El Dr. Cerveró lamentó la mala distribución de estos recursos, durante la jornada No Hay Dolor, organizada por la Sociedad Española del Dolor (SED), con el patrocinio de las compañías Grunenthal, Medtronic, Pfizer y Boston Scientific. “Europa o Canadá tienen el 3000% de las necesidades de estos medicamentos. Europa el 800%. En América Latina el acceso es malo y África apenas existe. Es una vergüenza que por los problemas con los drogas no exista acceso en algunos países a estos medicamentos”, añadió el especialista.
Los fármacos consiguen reducir el dolor, un hecho que general a su vez un círculo vicioso. Al tiempo que disminuye el dolor, decae la tolerabilidad en la población y aumenta la demanda de medicamentos
La jornada sirvió para la presentación de un informe El dolor crónico en España: Escucha digital. Una de las principales conclusiones es su baja relevancia en Twitter. Solo el 1,5% hablan de este problema en la red social. El porcentaje podría ser incluso inferior si se tiene en cuenta que algunas de estas conversaciones son lideradas por profesionales sanitarios y no por pacientes.
Una de las causas que podría producir este escaso número de referencias podría ser el aislamiento que general el dolor. “Dado que el dolor es una experiencia sensorial y emocional particular, muchas veces no observable, puede hacer difícil la comprensión por parte de quien no lo padece de forma crónica. Posiblemente, esta invisibilidad favorezca el retraimiento de la persona afectada”, señala el coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Dolor de la SED, el doctor en Psicología Antoni Castell.
Irene Villa, superviviente de un atentado de ETA, periodista, escritora y psicóloga aduce otra causa. “Tratamos de negar aquello que nos disgusta o produce rechazo y tapar el dolor nunca será una buena opción porque llega a enquistarse. Las redes sociales reflejan un submundo ilusorio y caricaturizado“, explicó.
Noticias complementarias:
- Grünenthal y Mesoblast comercializarán una innovadora terapia celular para el dolor lumbar crónico
- La terapia personalizada del dolor crónico, el empoderamiento del paciente
- El dolor agudo en los Servicios de Urgencias españoles está infratratado
- Primer consenso para el abordaje del dolor neuropático periférico oncológico