Las enfermedades reumáticas también son cosa de niños

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..Redacción.
La artritis idiopática juvenil (AIJ) es la patología reumática más común en la infancia en la actualidad. La AIJ engloba una serie de enfermedades reumáticas que se producen en los niños antes de los 16 años y persisten durante más de seis semanas. Su diagnóstico choca con uno de los falsos mitos que circulan en la población. La sociedad cree que afectan exclusivamente a las personas mayores.

Debido a los altos niveles de infradiagnóstico no existen unas cifras claras de alcance en la población. Diferentes trabajos epidemiológicos estiman que la prevalencia a nivel mundial oscila entre los 16 y los 150 casos por cada 100.000, mientras que la incidencia se sitúa entre los 2 y los 20 diagnósticos por cada 100.000 al año. Un estudio de 2010 en Cataluña ponía de manifiesto que la prevalencia ascendía a 39,7 casos, mientras que la incidencia era de 6,9.

La AIJ engloba una serie de enfermedades reumáticas que se producen en los niños antes de los 16 años y persisten durante más de seis semanas

Entre este conjunto de patologías que conforma la AIJ la oligoarticular es la más común. Afecta a menos de cinco articulaciones y supone un 50% de los casos, según el trabajo Textbook of Pediatric Rheumatology, publicado en 2016. Este subtipo presenta una dificultad añadida. Aproximadamente un 20% de los niños puede desarrollar una uveitis. Le sigue en prevalencia la poliarticular que afecta a más de cinco articulaciones y representa un 25%. En tercer lugar se sitúa la sistémica que manifiesta en una o más articulaciones y está acompañada de fiebre. Significa entre un 5% y un 15% de la enfermedad. La artritis relacionada con entesitis supone entre un 10% y un 15%. Por último la psoriásica que asciende al 2%.

Las características de esta enfermedad requieren un abordaje multidisciplinar en el que se involucren diferentes especialistas. El médico debe considerar una serie de cuestiones a la hora de diagnosticar a estos pacientes. La Liga Reumatológica pone el énfasis en la necesidad de contar con una historia clínica del paciente bien detallada. La complejidad de la patología hace necesario un cuidados examen médico con una observación de todas las articulaciones, así como la búsqueda de lesiones cutáneas o problemas de visión. Las pruebas de laboratorio pueden complementar el diagnóstico. Entre ellas existen parámetros de inflamación, los anticuerpos antinucleares (ANA), el factor reumatoide o algún marcador genético, como el HLA-B27. Puede ser necesario solicitar ecografías articulares o resonancias para confirmar afectación articular y su grado de extensión, y en ocasiones radiografías de las articulaciones para comprobar si existen señales de daño en las mismas.

Entre este conjunto de patologías que conforma la AIJ la oligoarticular es la más común.

En una entrevista reciente con iSanidad, el jefe de Sección de Reumatología pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, el Dr. Jordi Antón, ponía de manifiesto que “una artritis no tratada en un niño puede causar la afectación a largo plazo de la articulación. Como los niños están en crecimiento si afecta a una rodilla, por ejemplo, puede haber una discrepancia en la longitud de las extremidades. Además, hasta un 15% o 20% de los pacientes con AIJ puede sufrir una uveítis, sobre todo en el subtipo oligoarticular”.

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