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La Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR), con motivo del Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer, ha destacado la importancia de los hábitos de vida saludables como uno de los principales factores de prevención de la enfermedad. En concreto, según explica la Dra. Nuria Rodríguez de Dios, estos hábitos “podrían evitar el 40% de los cánceres, incluso en aquellos pacientes que han sido ya diagnosticados de cáncer contribuirían a un mejor pronóstico de la enfermedad”. La especialista ha recordado que el cáncer es una patología genética, pero también epigenética.
La oncóloga radioterápica del Parc de Salut Mar (Barcelona) ha incidido en la prevención como un factor “fundamental” para la lucha contra el cáncer. El 20% de los cánceres tiene una relación directa con la obesidad, ha declarado la Dra. Rodríguez de Dios, que ha insistido en “una vida activa a través del ejercicio físico, no fumar, evitar el alcohol y la exposición solar”.
SEOR ha destacado la importancia de los hábitos de vida saludables, con motivo del Día Mundial de la Investigación contra el Cáncer
Según el informe Las cifras del cáncer en España 2019, la incidencia de esta enfermedad se estima en 277.234 casos para este año. Esta cifra supone un 12% más que en 2015. La supervivencia en España sigue en ascenso en las últimas décadas. Se sitúa aproximadamente en el 53% a los cinco años, una cifra similar a la de los países del entorno.
Incluso dentro de un mismo tumor y del mismo individuo existen células con comportamientos diferentes ante el mismo tratamiento lo que hace que en algunos casos persistan células tumorales resistentes, responsables de la recaída de la enfermedad
La representante de SEOR-Gicor ha informado asimismo de algunos de los principales retos de la investigación contra el cáncer. Entre ellos, aparte de la prevención, ha destacado los estudios dirigidos a la posibilidad de detectar marcadores genéticos específicos del tumor mediante un análisis de sangre en pacientes asintomáticos. También ha destacado la Medicina personalizada, para tratar a cada paciente en función de sus características genéticas, como otro de los objetivos claves en las investigaciones y los métodos diagnósticos menos invasivos. Ha aludido así a la biopsia líquida “en la que gracias a un análisis de sangre podemos identificar la presencia del tumor sin necesidad de la biopsia clásica del tejido tumoral. Esto además nos permitiría realizar un seguimiento estrecho de los pacientes a lo largo de su enfermedad sin la necesidad de realizar pruebas cruentas”.
Estos hábitos saludables “podrían evitar el 40% de los tumores, incluso en pacientes diagnosticados de cáncer contribuirían a un mejor pronóstico”, según la Dra. Rodríguez de Dios.
Para la Dra. Nuria Rodríguez de Dios, la radiogenómica es otro de los grandes retos. “El desarrollo de técnicas de imagen médica totalmente digitales genera imágenes de alta calidad que contienen una gran diversidad de información. Empleando algoritmos propios de la inteligencia artificial podemos analizar numerosas imágenes y extraer esa información cuantitativa para conocer de forma precisa el fenotipo tumoral”.
En lo que respecta a la importancia de la radioterapia en el tratamiento de los tumores, la oncóloga la ha calificado como “un pilar básico del abordaje multidisciplinar del paciente oncológico”. Prueba de ello es que más de la mitad de los pacientes con cáncer reciben radioterapia durante el curso de su enfermedad. En los últimos años, explica la oncóloga radioterápica del centro barcelonés, “el desarrollo tecnológico nos permite administrar el tratamiento de una forma más segura, concentrando la dosis de radiación en el tumor, protegiendo los órganos sanos adyacentes”. Esto se consigue “gracias a que disponemos de unidades de tratamiento que pueden administrar la radiación de forma sincronizada con los movimientos fisiológicos de los órganos como puede ser el movimiento respiratorio, el latido cardíaco… y que modulan la intensidad del haz de radiación con una reducción drástica de la dosis a pocos milímetros del tumor”.
Más de la mitad de los pacientes con cáncer reciben radioterapia durante el curso de su enfermedad
No ha pasado por alto el papel de la protonterapia “para tratar especialmente tumores próximos a órganos vitales que precisan ser preservados, como los cercanos al tronco cerebral, a la vía óptica, a la médula espinal, tumores del área de cabeza y cuello, y tumores pediátricos, aunque hay estudios en marcha en otras localizaciones para valorar su potencial beneficio”.
“Hemos de abandonar el concepto clásico de que la radioterapia es solamente un tratamiento local para curar el cáncer. Uno de los efectos de la radioterapia es actuar como potenciador del sistema inmune. Estamos avanzando en algunos tumores gracias a la combinación de la radioterapia con la inmunoterapia, un de los retos es conocer cuál es la mejor secuencia para administrar estos tratamientos, qué dosis de radiación es la más adecuada y qué perfil de pacientes son los más beneficiados”, ha señalado la oncóloga radioterápica.
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