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Durante cinco años, un grupo de investigadores ha seguido a 6.900 pacientes con alto riesgo cardiovascular, que seguían tratamientos para el control del colesterol y han concluido que, a pesar de tomar esta medicación, este colectivo todavía sufre muchos episodios cardiovasculares y tienen más riesgo debido a un incremento de los triglicéridos y de las lipoproteínas que los transportan por la sangre.
Durante cinco años los investigadores han seguido a 6.900 pacientes con alto riesgo cardiovascular. Seguían tratamientos para el control del colesterol
Estos pacientes, incluidos en el estudio Predimed (prevención con Dieta Mediterránea) tienen una media de 67 años. Presentan sobrepeso y obesidad y, casi la mitad, tiene diabetes. El trabajo indica que los altos niveles de triglicéridos y de colesterol remanente tienen una relación directa con el incremento del riesgo cardiovascular en personas con una alta predisposición, a pesar de mantener bajo control los niveles de LDL colesterol (lipoproteínas de baja densidad o colesterol malo), y de forma independiente con el estilo de vida y otros factores de riesgo cardiovascular.
Además, en casos de obesidad y diabetes este fenómeno se ve amplificado, ya que estas patologías retrasan el metabolismo de los triglicéridos, lo que condiciona un incremento de partículas que transportan triglicéridos y que, además, se enriquecen con colesterol (colesterol remanente).
Los altos niveles de triglicéridos y de colesterol remanente tienen una relación directa con el incremento del riesgo cardiovascular
Así lo pudieron comprobar los investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas, del Idibaps del Hospital Clínico y del Ciber de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (Ciberobn) responsables del estudio, cuyo resultado acaba de publicar el Journal of the American College of Cardiology.
El estudio indica que el incremento de 10 mg/dl de las concentraciones de triglicéridos en sangre hace crecer un 4% el riesgo de tener un infarto. Pero también otras patologías cardiovascular. En el caso del colesterol remanente, el mismo incremento de las concentraciones eleva el riesgo hasta el 21%. Además, “los individuos con una concentración de colesterol remanente por encima de los 30 mg/dl (el 75% de la cohorte), mostraban un incremento notable del riesgo cardiovascular, a pesar de mantener unas concentraciones óptimas de colesterol LDL”, según la Dra. Olga Castañer, primera firmante del estudio e investigadora del Grupo de investigación en Riesgo cardiovascular y nutrición del IMIM-Hospital del Mar y del Ciberobn.
El incremento de 10 mg/dl de las concentraciones de triglicéridos en sangre hace crecer un 4% el riesgo de tener un infarto
“Los resultados del estudio sugieren que, a individuos de alto riesgo cardiovascular y con un colesterol LDL bien controlado, las siguientes dianas terapéuticas podrían ser los triglicéridos y, sobre todo, el colesterol remanente”, indica la Dra. Montse Fitó, última firmante del trabajo y coordinadora del Grupo de investigación en Riesgo cardiovascular y nutrición del IMIM-Hospital del Mar.
En el caso de este último elemento, el incremento más elevado del riesgo se puede atribuir a mecanismos relacionados con la formación de placas a las arterias y a la inflamación local. Son procesos que pueden llevar a la rotura de las placas y, en consecuencia, a un evento cardiovascular.
El mismo incremento de las concentraciones de colesterol remanente eleva el riesgo hasta el 21%
Por este motivo el Dr. Emilio Ortega, autor del estudio, médico del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic, explica que “nuestro trabajo abre la puerta a plantear ensayos clínicos que respondan a la pregunta de si el colesterol remanente y/o los triglicéridos tienen que ser la diana terapéutica preferente en pacientes con alto riesgo cardiovascular y niveles de colesterol LDL adecuados o, alternativamente, se tiene que perseverar en la reducción de éste para reducir el riesgo de un primer evento cardiovascular”.
El estudio puede tener una repercusión directa sobre todo en el manejo clínico de dislipemias de los pacientes con un alto riesgo cardiovascular. “Estos resultados llevan a considerar que, en el manejo clínico de las dislipemias, es importante lograr un mayor control del conjunto del perfil lipídico. Incluye también los triglicéridos y el colesterol remanente”, explica el Dr. Emili Ros, firmante del trabajo, médico del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Clínic.