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Los pacientes que reciben anticoagulantes deben vacunarse frente al Covid-19, una recomendación aún mayor que en la población general de su misma edad, aunque deben tenerse en cuenta algunas precauciones. Así lo indica la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) en un documento dirigido a los profesionales que recoge advertencias, riesgos y recomendaciones sobre la vacunación del Covid-19 en pacientes anticoagulados.
Los pacientes anticoagulados deben acudir a la vacunación frente al Covid-19, una recomendación aún mayor que en la población general de su misma edad
El documento destierra dudas que han circulado en las últimas semanas sobre si es adecuado vacunar a estos pacientes por los riesgos de inyecciones intramusculares, que es el caso de la vacuna del Covid-19, cuando se toma un tratamiento anticoagulante. Pero sí establece recomendaciones específicas, ya que son pacientes que requieren “una consideración especial” ante el riesgo de complicaciones hemorrágicas. Por eso hacen hincapié en asegurar un adecuado nivel de control del IRN antes de administrar la vacuna. De igual modo desaconsejan la suspensión de la medicación para recibir la vacuna.
Los expertos de Semergen señalan que los pacientes tratados con acenocumarol o warfarina pueden recibir inyecciones intramusculares siempre que su INR más reciente sea <3 o < 3,5 según el perfil de paciente. El INR deberá estar entre 2-3 en caso de fibrilación auricular, tromboembolismo pulmonar, accidente cerebrovascular, infarto agudo de miocardio y cardiopatías valvulares; y entre 2,5-3,5 en portadores de prótesis valvulares mecánicas y en tromboembolismo pulmonar en pacientes con síndrome antifosfolípidico.
Establece recomendaciones específicas para la vacunación del Covid-19, por ser pacientes anticoagulados con riesgo de complicaciones hemorrágicas
El riesgo de hemorragia se incrementa si el INR está por encima de 4. “Cuanto más alto el valor INR, mayor riesgo de sangrado”, explica Semergen. Por eso, indica que para la vacunación será necesario verificar el INR si la fecha del último control fuese superior a seis u ocho semanas.
El documento indica que los pacientes con tratamiento antitrombótico de mayor intensidad con un INR objetivo >4, o con terapia antitrombótica dual, deben tratarse de forma individual. Además, recuerdan que el riesgo de hemorragia se puede reducir aplicando una presión firme en el lugar de la inyección durante al menos 2-5 minutos.
Recomiendan tener en cuenta el IRN de cada paciente en función del tratamiento anticoagulante que esté siguiendo
Por su parte, los pacientes que reciben una dosis completa de heparina o inyecciones de fondaparinux también deben recibir la vacuna. Así, la dosis diaria se puede retrasar hasta después de la inyección, pero no es necesario omitir ninguna dosis.
En el caso de los pacientes en tratamiento de mantenimiento con anticoagulantes orales directos (dabigatran, rivaroxaban, apixaban, edoxaban) pueden retrasar la dosis el día de la vacunación hasta después de la inyección intramuscular. Pero no es necesario que omitan ninguna dosis. En el caso de los paciente con antiplaquetario (aspirina o clopidogrel) pueden continuar su tratamiento sin ningún ajuste.
Es preferible utilizar el músculo deltoides, “dado la menor vascularización existente en esta zona” y preferiblemente utilizar la técnica en Z
Como recomendación general, Semergen indica que debe evitarse la zona glútea como lugar de inyección. Así, es preferible utilizar el músculo deltoides, “dado la menor vascularización existente en esta zona” y preferiblemente utilizar la técnica en Z. De igual manera, el texto recuerda que si una persona tiene antecedentes de reacción alérgica a alguno de los componentes de la vacuna, debe informar a su médico o enfermera antes de vacunarse para que adopten las medidas de precaución establecidas.
Se calcula que el número de pacientes en tratamiento anticoagulante en España supera el millón. Pero las previsiones indican que, tras la pandemia Covid-19, este número se incrementará de una forma importante. La razón es la gran cantidad de pacientes que la han padecido en su forma moderada-grave, que precisa, al menos temporalmente, de un tratamiento anticoagulante. En estos momentos, los pacientes con enfermedad cardiovascular tienen que extremar la adherencia al tratamiento médico, pues la Covid-19 presenta una evolución más desfavorable para ellos, con un mayor riesgo de complicaciones en caso de contagio.
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