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En el progreso terapéutico, la innovación radical o transformacional es fundamental y se produce cuando se descubre y logra comercializar un medicamento basado en una novedad absoluta para enfermedades que no tienen cura o carecen de tratamiento.Sin embargo, hay otra innovación en los medicamentos, casi tan importante como la transformacional, pero mucho más desconocida. Es la llamada innovación incremental, que nace del análisis del uso de los fármacos que ya existen, buscando incorporar modificaciones o mejoras que beneficien a los pacientes y al sistema sanitario. Son medicamentos a los que, partiendo de un planteamiento terapéutico inicial, se les añade una mejora o se les encuentra una nueva utilidad para otra enfermedad.
Por tanto, la innovación incremental es la continuación natural de la innovación radical. Este tipo de innovación se puede clasificar en seis grandes grupos. En primer lugar, medicamentos que suponen una evolución de otro ya consolidado y que mejoran su eficacia en determinados pacientes. En segundo lugar, medicamentos que unen varios principios activos en un solo fármaco, para evitar la toma de muchas pastillas. Este es un factor muy importante en el caso de los mayores polimedicados.
Otro grupo son los medicamentos que modifican su forma farmacéutica para facilitar su toma en determinados grupos de pacientes. También, medicamentos destinados a enfermedades distintas para las que fueron creados. Al utilizar este tipo de medicamentos en la práctica clínica se revelan útiles para otras patologías. En quinto lugar, medicamentos que incluyen dispositivos que facilitan su uso. Por último, los medicamentos que incorporan aplicaciones digitales para mejorar su control y seguimiento.
Farmaindustria ha elaborado un vídeo que explica, en dos minutos, en qué consiste este proceso clave de la I+D de los tratamientos
Con el objetivo de mejorar el conocimiento de la sociedad general sobre este tipo de innovación, Farmaindustria ha elaborado un vídeo divulgativo. Este vídeo resume qué es la innovación incremental de los medicamentos. La pieza audiovisual pretende llevar esta información a todos los públicos de una forma sencilla, asequible y amena. Por ello, en el vídeo se utilizan ilustraciones sencillas con ejemplos de tratamientos. Además, representan el valor que tienen estos avances para los pacientes, profesionales y sistema sanitario.
Este proceso es más callado y más silencioso que el de la innovación disruptiva. Es un cambio que afecta a los fármacos que ya utilizamos mejorándolos poco a poco. Una evolución que responde a las necesidades y demandas de los propios pacientes y médicos. Son variaciones en la formulación y concepto original del medicamento que generan notables ventajas para pacientes y profesionales sanitarios. Algunos ejemplos de estas ventajas son: mayor rapidez de actuación, facilidad de uso o mejoras en la eficacia del compuesto y en la adherencia del paciente al tratamiento”, ha señalado Emili Esteve, director del Departamento Técnico de Farmaindustia.
Asimismo, Emili Esteve, ha añadido que tales avances “contribuyen también al ahorro y la eficiencia del sistema sanitario, puesto que una mayor adherencia o cumplimiento de tratamiento por parte del paciente implica un mayor control de su enfermedad y, por tanto, menor riesgo de recaídas y necesidad de otros recursos sanitarios”.
Sin embargo, reguladores y pagadores no siempre reconocen que este tipo de innovación realiza una aportación terapéutica. “Hay casos en los que, a pesar de su interés para enfermos, cuidadores, familiares y médicos, la innovación incorporada queda sin reconocimiento al ser equiparada por el sistema de precios de referencia a presentaciones clásicas. Simplemente, por compartir el mismo principio activo”, ha lamentado Esteve.
Los pacientes y profesionales sanitarios valoran la innovación incremental porque mejora la calidad de vida y la práctica clínica
Mejorar el acceso para los paciente
La falta de consideración de los beneficios reales que genera la innovación incremental supone un obstáculo para el acceso de los pacientes a estos medicamentos. Ya que, al final del proceso de aprobación y fijación de precios, estos medicamentos no son incluidos en la prestación farmacéutica pública. Por el contrario, si se incluyen es a precios tan bajos que su lanzamiento y producción no resulta de interés para la compañía farmacéutica.
Por otra parte, esta innovación es una buena opción para determinadas compañías farmacéuticas de pequeño y mediano tamaño. Esta innovación es la forma más rápida y con menos riesgos con la que pueden compensar los mayores costes y tiempos que genera la innovación radical, que implica procesos de 8-10 años y más de 2.500 millones de euros de inversión. Esta realidad tiene unas consecuencias directas en el tejido innovador y productivo de nuestro país.
“Disponer de medicamentos evolucionados por y para satisfacer las necesidades de personas que viven solas, con problemas de movilidad, que toman muchos medicamentos, con múltiples enfermedades y crónicas o simplemente necesitadas de pequeñas soluciones que hagan su vida más fácil debe tener su reconocimiento. La industria farmacéutica ha querido pensar también en ellos, sumando, gracias a la I+D, pequeñas revoluciones que aporten grandes beneficios a los pacientes”, ha concluido Esteve.