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Hoy en día existe una preferencia mayoritaria de vivir el máximo tiempo posible en casa. Este hecho, al envejecimiento poblacional y el incremento del número de personas con perfil pluripatológico, hace necesario definir e integrar los procesos dirigidos a la atención de las personas en sus domicilios, con el apoyo y las herramientas que ofrece actualmente la tecnología sanitaria. Por ello, la Fundación Instituto Edad&Viday la Fundación Tecnología y Salud han firmado un convenio de colaboración para el desarrollo de un plan de sensibilización y concienciación acerca del desafío que supone que las personas estén bien atendidas en sus casas. Asimismo, pretenden poner de manifiesto los beneficios que aporta la tecnología sanitaria en este ámbito. El Proyecto se titula ‘Homecare’ Tecnología domiciliaria para el apoyo de la atención social y sanitaria.
Las dos entidades han firmado un convenio de colaboración para elaborar un plan de concienciación sobre importancia de la atención domiciliaria
El plan irá dirigido tanto a los agentes del ámbito sanitario como al resto de agentes sociales y a la sociedad en general. El objetivo es poner de manifiesto la importancia de la atención domiciliaria. Además de plantear soluciones que mejoren el acceso y el conocimiento acerca de las tecnologías vinculadas a este ámbito incidiendo en el control, bienestar y la mejora de la calidad de vida de los pacientes. En este contexto, la tecnología sanitaria desempeña un papel fundamental como un modulador entre las necesidades concretas de las personas y los recursos del entorno.
Es decir, plantear la atención domiciliaria como una solución para que las personas con patología crónica puedan mantener el equilibrio entre el control de su enfermedad, sus necesidades, sus preferencias y deseos, el ambiente en el que viven y los recursos de los que disponen en él.
Según María José Abraham, directora de la Fundación Edad&Vida, “nos encontramos ante una nueva realidad. Por ello, tenemos el reto de proporcionar a estas personas con perfil pluripatológico una asistencia de calidad en sus domicilios y garantizar así su bienestar y calidad de vida. El sistema sanitario debe reorientarse. Proporcionando la formación necesaria y apostando por las nuevas tecnologías que permiten la atención domiciliaria y el control y seguimiento remoto de los pacientes. Todo ello reducirá el número de consultas presenciales y hospitalizaciones y la presión al sistema asistencial”.
El Covid-19 destaca la necesidad de rediseñar los procesos de atención social y sanitaria para reducir la presión sobre el sistema asistencial
La tecnología sanitaria actual y la brecha digital
Las innovaciones tecnológicas en este terreno han supuesto una revolución para la salud y el cuidado de esta población. Gracias a ellas, actualmente se hace posible la administración de medicamentos, las terapias respiratorias domiciliarias, la hemodiálisis para pacientes con insuficiencia renal. Además de la monitorización y seguimiento remoto de enfermedades y el cuidado de las personas con necesidades ortopédicas. Estas herramientas también permiten la nutrición clínica domiciliaria, los sistemas de sondaje, los tests rápidos de diagnóstico. Por otro lado, ayudan al seguimiento a distancia o la telemedicina. Todo ello gracias a los avances en salud digital u otras tecnologías emergentes como la impresión 4D, la domótica y la robótica, la realidad virtual o la inteligencia artificial. Estos ayudan a acercar y a facilitar la comunicación entre pacientes y profesionales sanitarios y a dotar de una mayor eficiencia al sistema.
“Incorporar y potenciar las innovaciones tecnológicas en el propio domicilio del paciente supone una oportunidad para la mejora de la prevención, detección y tratamiento de la enfermedad, así como para el control de los pacientes y su bienestar. Por ello, vemos fundamental el diseño de acciones que contribuyan a promover el uso de este tipo de herramientas, que faciliten el acceso a las mismas y su fomenten el conocimiento por parte de la sociedad”, afirma el profesor Fernando Bandrés Moya, presidente de la Fundación Tecnología y Salud.
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