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La dentofobia se conoce como el miedo a ir al dentista. Según algunos estudios, entre el 8% y el 15% de la población presenta fobias en relación con el tratamiento bucodental. Y el resto, entre el 85-90 %, aunque no presentan fobias, es habitual que presenten algún tipo de malestar, ansiedad o miedo antes y/o durante el tratamiento bucodental. Con motivo del Día Mundial de la Salud Oral que se celebra el 20 de marzo, Tiiz pretende concienciar de la importancia de tener una correcta salud oral y una boca sana que favorezca nuestro bienestar. Además, ofrecen una serie de consejos para superar la dentofobia.
El miedo y la fobia al dentista son situaciones bastante comunes que no se atribuyen tan solo al paciente pediátrico. La ansiedad dental también aparece entre los adultos y no siempre se trata de algo puntual. Las herramientas metálicas y punzantes, el ruido del instrumental y el hecho de que se trate de intervenciones en una zona tan sensible de nuestra anatomía justifican ese temor inicial y que pueda derivar en una dentofobia.
El miedo y la fobia al dentista son circunstancias bastante comunes que no se atribuyen tan solo al paciente pediátrico
Para Miguel Gallardo, director de clínica de Tiiz, es evidente que a nadie le gusta sufrir ni experimentar dolor cuando acude al médico. Sin embargo, señala que cuando esos temores se transforman en algo persistente e injustificado acaban transformándose en un problema real. “Por un lado, está la angustia que experimenta el paciente cada vez que tiene que ir al dentista y, por otro, que esos temores son en muchas ocasiones los responsables de que las revisiones bucodentales periódicas se demoren en el tiempo o incluso nunca lleguen a producirse y se origine un problema de salud grave”, matiza.
Miedo al dentista o dentofobia
Parece lo mismo pero no lo es, el miedo al dentista y la dentofobia, también conocida como odontofobia, no son exactamente lo mismo. Desde Tiiz explican que el miedo al dentista se identifica más con una condición pasajera que puede estar justificada por la vergüenza a exponer ante un especialista los problemas de la boca (deformaciones, mal aliento, úlceras…) o por el miedo al dolor, ya sea como respuesta involuntaria a una experiencia traumática, ya como una reacción natural ante lo desconocido.
«Por otra parte, la dentofobia, como sucede con cualquier otra fobia, se trata de una reacción que se repite e induce al paciente a una gran ansiedad», explica Gallardo. La fobia al dentista es un conflicto emocional que se muestra con la aceleración del pulso cardíaco, la dificultad para respirar, los sudores fríos y las alteraciones en el aparato digestivo. En definitiva, mientras que el miedo al dentista se puede superar mediante la propia experiencia favorable en la consulta, la odontofobia exige un mayor esfuerzo tanto por parte del paciente como del especialista que le atiende.
Miguel Gallardo (Tiiz): “La dentofobia, como sucede con cualquier otra fobia, se trata de una reacción que se repite e induce al paciente a una gran ansiedad”
Tal y como explican desde Tiiz, la prevención de la fobia al dentista debe trabajarse ya con los pacientes infantiles para que al llegar a la edad adulta la experiencia confirme que no hay nada que temer. «A la hora de tratar con niños hay que emplear un vocabulario acorde a su edad que les permita estar informados de lo que está sucediendo sin que se pongan nerviosos o se preocupen. Además, también funciona muy bien la musicoterapia en consulta o el empleo de juguetes en la sala de espera para que ese tiempo justo antes de ser recibidos por el dentista les resulte divertido y se despreocupen», concluye Gallardo.
Consejos para superar la fobia al dentista
Las fobias están tan enraizadas al subconsciente de quien las sufre que el proceso de superación requiere el uso de técnicas de relajación y autocontrol que ayuden a normalizar la situación. Por ello, en el caso de la dentofobia existen métodos muy eficaces para superar estos temores de forma progresiva. Si sufres este tipo de fobia, Tiiz ofrece una serie de consejos a tener en cuenta para tu próxima visita al dentista.
Entre el 8% y el 15% de la población presenta fobias en relación con el tratamiento bucodental
Uno de los aspectos que destacan es localizar un centro de confianza y visitar siempre al mismo dentista. Una clínica con buenas referencias aporta mayor tranquilidad y seguridad. Asimismo, en caso de no poder controlar la ansiedad de sentarte solo en una sala de espera, es mejor ir acompañado de alguien de confianza. Es recomendable salir de casa con tiempo, ya que las prisas aumentan el nivel de estrés. “Lo mismo sucede si postergas de manera indefinida el momento de concertar una visita: tan solo estarás prolongando tu ansiedad“, recalcan.
Además, consideran necesario hablar con confianza y no ocultar los miedos. Si se padece dentofobia lo mejor es informar al dentista de ello una vez se entre a la consulta. Así, el odontólogo podrá adaptar su manera de proceder para hacer que uno se sienta mucho más relajado y a gusto. En casos extremos, si el especialista lo considera oportuno dadas las características de la intervención, se puede solicitar un sedante. Sin embargo, recuerdan que “esta no es la solución al problema sino una ayuda en situaciones que se escapan a tu control“.
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