..Gema Maldonado.
No es extraño ver sus chalecos de color rojo junto a personas que presentan cierta dificultad para caminar y lucen rostros que reflejan agotamiento y miedo tras una travesía incierta. A veces también alivio. Son los sanitarios, médicos y enfermeros, voluntarios de Cruz Roja que atienden “a pie de patera” a las personas que han pasado varios días hacinados en estas precarias embarcaciones.
Pero el pasado 16 de marzo, las imágenes captadas por periodistas en el puerto grancanario de Arguineguín, en la que dos enfermeros trataban de reanimar a una niña de dos años, abrieron algún telediario y ocuparon portadas de periódicos. Es el drama diario en las costas canarias y andaluzas. Pero ver a una niña inerte remueve las conciencias a veces adormecidas, quizás acostumbradas a ver el drama de la inmigración. Sin perder la calma, pero con rapidez y agilidad, los sanitarios devolvían un hilo de vida a la pequeña, en parada cardiorrespiratoria, que había pasado entre cuatro y cinco días en alta mar, y que finalmente falleció cinco días después en el hospital.
Cada día equipos de sanitarios voluntarios de Cruz Roja atienden “a pie de patera” a las personas migrantes que llegan a las costas españolas
“Seguramente el desequilibro electrolítico que tenía era muy importante como consecuencia de la deshidratación y los órganos, con el tiempo de anoxia que tuvieran hasta la reanimación, estaban ya dañados”, explica a iSanidad el Dr. Antonio Rico, presidente de Cruz Roja en Canarias y voluntario en intervenciones con migrantes, entre otras actividades. En la patera en la que viajaba la pequeña, también lo hacían otras 51 personas. Nueve de ellas eran niños y niñas que tuvieron que ingresar en hospitales de Gran Canaria por hipotermia y otros problemas de salud.
¿Cómo viven los sanitarios estas situaciones? “Ver la muerte de forma cercana y palparla indiscutiblemente te afecta” reconoce el Dr. Rico. Pero “todos los profesionales sanitarios están preparados, en mayor o menor medida, para hacer frente a estas situaciones complejas y complicadas”. Asegura que el fenómeno de la inmigración se ve de otra forma cuando estás con ellos a pie de patera. “Cualquier persona sensible no puede mostrarse impasible. Te das cuenta de que han pasado por un trayecto muy duro, no solo en el mar, sino antes. La travesía es el comienzo de otra parte muy dura también, con una alto índice de mortalidad”, afirma. Según datos de algunas organizaciones la mortalidad en estos viajes llega al 8%.
Dr. Rico: “Los profesionales sanitarios están preparados, en mayor o menor medida, para hacer frente a estas situaciones complejas y complicadas”
El Dr. Rico cuenta con años de experiencia como médico voluntario y ha visto cómo ha cambiado el fenómeno migratorio. De hombres jóvenes que se aventuraban a la incierta travesía, han pasado a recibir un 10% por ciento de mujeres, un 70% de hombres y un 20% de menores. Solo en 2020, 3.000 menores no acompañados llegaron a Canarias. Algunos son muy pequeños.
La hipotermia y la deshidratación son los “mayores problemas de salud” que presentan las personas que desde algún punto de la costa noroeste africana se lanzan a la mar en las peores condiciones. “Cuanto mayor es el tiempo de travesía más deteriorados están”, explica el Dr. Rico. Pero también señala otro de los grandes problemas, los trastornos electrolíticos en los casos en los que hay consumo de agua del mar.
Hipotermia, deshidratación y trastornos electrolíticos son algunos de los problemas que los sanitarios encuentran en los pacientes que han llegado en patera
La pérdida de la capacidad motora afecta a muchos de los recién llegados. “Piense en que usted o yo nos pongamos en cuclillas durante 20 minutos y después intentemos levantarnos. Imagine los que son cinco días en la misma postura, hacinados y prácticamente sin poder moverse”, explica.
Más allá del aspecto físico, que los equipos de sanitarios voluntarios de Cruz Roja revisan mediante un triaje en el puerto si la patera ha sido interceptada por Salvamento Marítimo, o en las playas a las que llegan, también suelen ser conscientes de las consecuencias psicológicas que tiene en las personas migrantes una travesía de esas características. Acusan “el sufrimiento que se produce cuando ven que pasan los días y no llegan a ninguna parte. El deterioro es mayor cuando ven personas fallecidas que son arrojadas por la borda. Sienten la incertidumbre y la tristeza de pensar que ellos pueden ser los próximos”.
“Piense en estar en cuclillas 20 minutos e intentar levantarse. magine los que son cinco días en la misma postura, hacinados y prácticamente sin poder moverse”
Para atenderlos, cuentan con un servicio de apoyo psicosocial. Si bien a pie de puerto el triaje de los migrantes es rápido. Se les da algo de comer, “nada sólido porque puede deteriorarlos más” y con el Servicio de Urgencias de Canarias valoran quienes deben derivarse a un centro de salud o al hospital si su salud está muy deteriorada.
¿Qué lleva a estos médicos y enfermeros a hacerse voluntarios en este servicio? “Ofrecer a una persona que está sufriendo y que es vulnerable atención y ayuda. Simplemente por humanidad”, concluye al otro lado del teléfono.
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