Errores de comunicación en las vacunas Covid. Ricardo Mariscal

Ricardo Mariscal

..Ricardo A. Mariscal López. COM SALUD.
Cientos de vacunas de AstraZeneca tiradas a la basura en Suecia por el rechazo de los pacientes a ponérselas, comunicadores televisivos que reconocen sentirse “inquietos” ante posibles efectos adversos, interrupción de la vacunación en algunos países… un gran número de factores han derivado en que la vacuna de AstraZeneca contra el Covid-19 sea tremendamente impopular y cada vez más ciudadanos europeos tengan miedo a que les sea administrada. Pese a que numerosos expertos no cesan de advertir que el miedo está injustificado por la evidencia científica disponible, la mala prensa de esta vacuna es una realidad y los grupos de antivacunas están aprovechando este hecho para difundir con mucho mayor impacto sus innumerables bulos sobre la eficacia y seguridad de todas las vacunas Covid.

Pero ¿podría haberse evitado esto? Probablemente la respuesta sea afirmativa si la comunicación en torno a las vacunas Covid por parte de las autoridades no hubiera caído en tantos errores. Estos fallos en la comunicación han propiciado la viralización de más bulos y perjudicado las campañas de vacunación que se están llevando a cabo.

Habrían ido a la basura menos dosis si las autoridades hubieran hecho una mejor comunicación sobre su seguridad

Así, la comunicación de las vacunas Covid debería basarse en:

  • Transparencia. ¿Ha sido el Gobierno transparente en la comunicación sobre las vacunas Covid? Las promesas incumplidas y los datos erróneos sobre tiempos de entrega y número de vacunas disponibles invitan a pensar que no ha sido así. Tampoco ayudan los continuos enfrentamientos con administraciones regionales. Esta percepción de falta de transparencia ha llegado a gran parte de la ciudadanía y contribuye a alimentar las dudas sobre la vacunación.
  • Colaboración. En la comunicación sobre las nuevas vacunas es fundamental que las autoridades cuenten con la colaboración y el asesoramiento de expertos independientes. Los divulgadores sanitarios deben tener un papel mucho más protagonista en transmitir la eficacia y seguridad de las vacunas. Recientemente el Ministerio de Sanidad ha lanzado la campaña Yo me vacuno seguro y esta es la línea que debe seguirse, aunque tenía que haber llegado antes.

Los divulgadores sanitarios deben tener un papel mucho más protagonista en transmitir la eficacia y seguridad de las vacunas

  • Diálogo. Las autoridades deben tener canales abiertos donde los ciudadanos puedan solventar sus dudas sobre las vacunas de forma rápida y responder a posibles bulos. Esta comunicación bidireccional es fundamental y es, tradicionalmente, uno de los puntos débiles de los gobiernos.
  • Monitorización. ¿Tienen los responsables políticos herramientas de monitorización para detectar posibles bulos, medir la eficacia de sus acciones de comunicación y conocer el sentir de la población en redes sociales? Si disponen de estas herramientas no parece que las estén usando pues, hasta ahora, la sensación es que las autoridades han ido siempre por detrás de las tendencias de opinión y no están tomando medidas suficientes para frenar la viralización de muchos bulos sobre las vacunas.

En suma, es posible aprender de los errores pasados e invertir la tendencia negativa que se está instaurando entre algunos sectores de la población en su percepción de la seguridad y eficacia de las vacunas Covid. Pero, para ello, la política de comunicación de los responsables políticos debe estar mucho más abierta a la sociedad y ha de basarse de modo más activo en la colaboración con expertos e instituciones sanitarias y organizaciones de verificación.

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